Familias – El poder del ejemplo

Hubo una vez una asamblea en el fondo del mar. Los cangrejos se habían reunido. El más viejo de ellos la había convocado para tomar una decisión muy importante. Asistieron cangrejos de todas partes, desde los mares pequeños de aguas tranquilas hasta de los océanos más agitados.

La reunión comenzó puntualmente. El líder pidió la palabra y dijo: – Mis amigos, hemos estado haciendo algo que se ha constituido en un pésimo ejemplo para todos. Es una costumbre que debemos cambiar.

Muy ansioso, un joven cangrejo de agua dulce, preguntó: – ¿Y cuál es esa costumbre?

El cangrejo anciano respiró profundo. Muy preocupado, tomó nuevamente la palabra y continuó: – Lo diré sin rodeos. Debemos dejar de caminar para atrás. Todo el mundo nos usa como ejemplo negativo, y hablan de nosotros como si fuéramos retrógrados.

Un cangrejo rojo, que había llegado desde muy lejos, inquirió: – ¿Y qué es lo que propone para remediar el pésimo ejemplo que damos?

El cangrejo líder agregó: – Seré realista. Para nosotros ya es muy difícil cambiar. Pero para los cangrejos pequeños, será más fácil. Propongo que sus mamás les enseñen a caminar para adelante.

Los cangrejos se emocionaron por la sinceridad con que se les había hablado y estuvieron de acuerdo con la propuesta. De esa forma, quedó establecido que todos los cangrejos que nacieran a partir de ese momento, serían instruidos por sus madres para caminar hacia adelante.

Cada uno regresó a su hogar. Las madres empezaron a enseñar a sus pequeños. Guiaban con amor sus patitas, primero una hacia adelante, después la otra. Insistían en la nueva forma de avanzar. Los pequeños intentaban seguir las instrucciones, aunque les resultaba difícil y complicado.

Con el tiempo, sucedió algo muy curioso. Sus mamás les decían la forma en que debían caminar, pero ellas mismas, y todos los demás cangrejos, continuaban caminando para atrás, como siempre.

– ¿Cómo es que ellos hacen una cosa y me enseñan otra? – dijo un pequeño cangrejo muy estudioso.

Los demás se preguntaron lo mismo. Algunos pensaron que se trataba de una broma. Otros creyeron que debería ser más fácil caminar para atrás, porque los demás lo hacían así.

En vista de la insurgencia, tuvo que convocarse a una nueva reunión de cangrejos.

– La norma que propuse no está funcionando – admitió el cangrejo líder, que siempre decía la verdad. Y agregó:

– Y no funciona porque no predicamos con el ejemplo; y lo cierto es que no podemos pedirles a los demás que hagan lo que nosotros no hacemos.

Cuenta la leyenda que ésa es la razón por la cual los cangrejos siguen caminando para atrás.

PARA PENSAR Y PRACTICAR

La lección que podemos aprender con esta simpática historia es que los demás ponen más atención en lo que hacemos que en lo que decimos.
Es muy difícil pedirle a un hijo que no beba, si el padre lo hace; o exigirle que estudie, cuando nosotros no tocamos un libro. Predicamos mucho más con el ejemplo que con todas las palabras del mundo.
Los romanos decían: “Exemplum Docet” (el ejemplo enseña); y el profesor Dale Carnegie escribió: “El ejemplo es casi lo único que enseña”.
Es ingenuo pensar que, para influir en los demás, bastan nuestras buenas intenciones y lindas palabras. Uno educa en todas las áreas aun cuando no se mencione ni una sola palabra. El ejemplo es el más poderoso educador que su familia puede tener.
Le sugerimos algunas ideas para enseñar con el ejemplo:

Tenga una actitud positiva. “Hay tres cosas esenciales para disfrutar la vida al máximo: actitud, actitud, actitud” (Ernie Zelinski).
Dedique tiempo de calidad a su familia. El legado más valioso que usted puede dejar a la próxima generación es el tiempo que comparte con ellos. Eso no tiene precio.
Bendiga siempre. Nunca es demasiado tarde para orar y bendecir a los que ama.
Lectura bíblica: “No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica” (Santiago 1:22).

Extracto del libro “Familias Con Futuro”

Por José Luis y Silvia Cinalli