La Catedral de Vida Panamá > Devocional > Viernes 10 se Mayo – Las muchas ocupaciones
Devocional

Viernes 10 se Mayo – Las muchas ocupaciones

Viernes 10 se Mayo – Las muchas ocupaciones

Aconteció que, yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Lucas 10:38-42 RV1960
Marta es una mujer entregada a su labor. Recibe la visita de un amigo y lo que le preocupa es quedar bien. Que la visita pueda decir que su comida fue la mejor, su casa era la más limpia o salgan diciendo que habían estado en la casa más bonita. ¿Pero qué tiene de malo todo esto? Lo cierto es que a todos nos gusta quedar bien y que las demás personas se lleven una buena impresión.
Las muchas ocupaciones por lo general lo relacionamos a las personas importantes, con un buen estatus económico. Pero sin darnos cuenta caemos en los síntomas que tenía Marta, vivimos preocupados por las muchas responsabilidades, comenzamos a quejarnos por el cansancio, la soledad, con muchos deseos o metas por alcanzar, confusos, aturdidos y con muchas interrogantes.
El secreto para una vida enfocada en Jesús está en que “solo una cosa es necesaria”. No es que María era haragana y no hacía nada o no tenía un trabajo que realizar; es que ella encontró ese punto de equilibrio entre la vida espiritual y lo cotidiano, en donde tienes tiempo para ambos y obtienes el beneficio de cada uno. María disfrutó cada momento de la visita de Jesús, disfrutó de ese tiempo con Jesús. El quehacer de María le dio tiempo para disfrutar de la mejor amistad que se pueda tener, estar en la presencia de Jesús.
Organicemos nuestros deberes de tal manera que tengamos tiempo para un momento con Jesús.
 Autor: Lily de Rovira