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Devocional

Vamos mar adentro?

Vamos mar adentro?

” Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.  Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.  Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” (Lc. 5:1-8 RVR1960)
Cada vez que leo este pasaje y veo como Simón Pedro dudo frente a las palabras del Maestro cuando le pedía que fuera mar adentro y echara sus redes, teniendo Simón la convicción de que nada pescaría, me miro a mi misma teniendo esas mismas dudas.
Cuando aceptamos a Cristo en nuestras vidas los cambios no son automáticos y como discípulos de Él, lo primero que debemos aprender es a dejarnos moldear y a desechar todo lo anteriormente aprendido, pues muere ese viejo hombre y nace uno nuevo.
Esta primera y esencial lección cuesta mucho, ya que debemos romper las estructuras viejas y a veces nuestra naturaleza muestra resistencia a estos cambios, ya sea por temor a los mismos o por simple conformismo de no querer salir de nuestro status quo.  Jesús invito a Simón a romper esas estructuras y Simón (dudando) lo hizo, echo su red y pesco.  Emulemos el ejemplo de Simón Pedro, vayamos mar adentro sin temor y sigamos a nuestro maestro, aceptando que lo viejo que hay en nosotros debe desaparecer para dar paso a un hombre nuevo. Aceptemos que podemos echar nuestras redes y “pescar” aunque no veamos nada.
¿Estas dispuesto a hacerlo? Vamos mar adentro, no nos quedemos en la orilla contemplando como los demás si van a aguas profundas; sigamos a nuestro maestro sin duda alguna y aceptemos los cambios que El quiera obrar en nosotros aunque los mismos representen cambios drásticos en nosotros y en lo que nos rodea.
Autora: Aleika De León de Gonzalez.