Martes 12 de Marzo – ¿Qué sombrero usas?

Digamos que estás frente a una línea de sombreros y cada uno tiene enfrente las siguientes etiquetas: siervo, pecador, necesitado, agobiado, hijo, indefenso, creación, redimido. Si tuvieses que elegir un sombrero que representa la forma en la que te presentas ante Dios, qué sombrero usarías?
Cada uno de estos sombreros representan la identidad con la que nos acercamos a Dios y con ello expresamos la manifestación que deseamos que nos sea revelada. Podemos desear ver manifestado a Dios, Todopoderoso y Hacedor de Milagros; o a Jehová Jireh, Dios Proveedor; en ocasiones nos acercamos a Dios buscando al Salvador para que limpie nuestro pecado o sane enfermedades y así podemos acercarnos a Jehová Nissi, Shalom o Rapha.
¿Qué sombrero crees que usaba Jesús? ««Abba, Padre —clamó—, todo es posible para ti…» (Marcos‬ ‭14:36‬ ‭NTV‬‬)
La palabra Abba proviene del arameo y significa Papá o Papito. Era un término utilizado en la vida familiar por un hijo mayor en sentido de intimidad, respeto y confianza.
Creo que el sombrero preferido de Jesús era el de “Hijo” y esta identidad constituyó el motor de su andar en la tierra. Como vimos ayer, toda acción o Palabra de Jesús era enteramente dirigida por el Padre y tanto en las alegrías, como en sus momentos de angustia y dolor Su corazón solo podía desear estar frente a Él. La puerta de comunión entre ellos nos enseña el nivel de intimidad que tenían; era una relación en la que Dios era su “Papito” y Él era el “Hijo del Hombre”.
La sangre de Jesús nos acercó al Padre, nos adoptó y puso en nuestros corazones el Espíritu de Hijos. Cuando nos acercamos a Él en calidad de Hijos, somos expuestos a Su plenitud y en ella nos son manifestados sus atributos – Todopoderoso, Proveedor, Príncipe de Paz, Salvador… de hecho, la manifestación de sus atributos es su forma de mostrarnos Su propia identidad – Padre amoroso.
Te invito a usar el sombrero de Hijo que te ha sido dado y experimentar la plenitud del Padre. Eleva una oración con tus propias palabras, crea tu espacio de intimidad con Papito y deléitate en la hermosura de Su Santidad. Simplemente… disfrútale.
Autor: Keila Alabarca

Viernes 8 Febrero – Nuestra mirada puesta en Jesús

Nunca se han preguntado que puede satisfacer nuestras necesidades mas profundas, me refiero aquellas necesidades personales que prácticamente solo usted conoce, ni siquiera sus seres más allegados conocen. Y puede que estas necesidades en algún punto de nuestra historia se convirtieron en desilusiones, frustraciones, decepciones, desesperanzas, etc. 
Lo cierto es que el Señor Jesús, dijo lo siguiente: 
 “…porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” Lucas 12:15 (RVR1960)
La vida no consiste en abundancias de bienes sino de tener FE en Dios y una correcta relación con Él. 
Jesus, también dijo: 

Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.”Juan 6:35 (RVR1960)

 
Casi todos  tenemos a alguien o algo en quien o en que descargar nuestras penas, cuando la vida no nos sonríe o cuando las cosas no están saliendo como estamos esperando. Para algunos puede ser: 
 
  • La pareja con que convivimos
  • Los hijos que Dios nos da,
  • Nuestros padres, que aunque ya casados mantienen esa conexión con ellos
  • Una buena amistad
  • Su profesión
  • Seguir estudiando, en búsqueda de superación profesional
  • Su posición económica 
  • Y también están los que apoyan en la congregación o algún líder espiritual.
 
Antes de continuar debemos hacernos una pregunta:
¿Cual es nuestra fuente para satisfacer nuestras necesidades, materiales, del alma y espirituales?
En momentos difíciles tendemos a depositar nuestra confianza en fuentes terrenales como el listado anterior: pareja, padres, amistades, economía, líderes espirituales y estudios. 
¿Pero que hacer cuando alguna de estas fuentes terrenales, en las cuales nos apoyamos, nos fallan o nos faltan? 
Hay algo que toda persona debe tener claro en la vida, es que aparte de Jesucristo y Dios, todo es efímero. Hoy podemos tenerlo y mañana no, es una realidad con la que debemos vivir. Pero existe una realidad mayor y es que Jesús jamás te falla y jamás te hará falta. ¡Aleluya! y es que el ser humano ha sido diseñado con un vacío o hueco que tiene la talla de Cristo y sólo Él lo puede llenar. En esta vida debemos estar con nuestra mirada, nuestra fe y confianza puesta en el Señor.
 
Cuando pasamos por una crisis o suceso triste, ni el mundo, ni el tiempo se detiene por nuestro dolor, por esto apóyate en Dios, así como dice su Palabra: 
“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.”
Hebreos 10:35-36 (RVR1960)
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.”
Juan 7:38 (RVR1960)
 
Hoy pídele al Espíritu Santo que te permita descansar en Él, que te permita ver que existe alguien que no falta, alguien que no falla, alguien que te ama tanto que murió por ti para que pudieras tener acceso directo al trono de la gracia. Cristo siempre esta y estará   para nosotros.  Pidámosle nunca apartar nuestra mirada de Cristo, autor y consumador de nuestra fe. 
Autor: Rev.  Adrian Figueroa