La Catedral de Vida Panamá > Nota Pastoral > Como formar niños extraordinarios
Nota Pastoral

Como formar niños extraordinarios

Como formar niños extraordinarios

En 1992, el doctor Joaquín Balaguer declaró mediante decreto, el 29 de septiembre, como Día Nacional de los derechos del Niño en la República Dominicana. Sin embargo, fue en 1994 que en el país se crea el Código para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, con el interés de reafirmar y conmemorar las leyes que protegen la infancia dominicana.

Esta fecha es ideal para reflexionar sobre la aplicación de los derechos de la niñez, sobre todo cuando las estadísticas afirman que miles de nuestros niños no asisten a la escuela,  se pasan los días en las principales vías del país realizando trabajos inadecuados para su edad y algunas de ellos a su corta edad son independientes. En este sentido, los centros educativos, maestros y maestras juegan un rol importante en la concienciación y cumplimiento de dichos derechos, los educadores tienen la oportunidad de instruir a los niños con relación a cuales son sus principales derechos , como pueden hacerlos cumplir y también ayudarles en su crecimiento.

Si analizamos esta fecha, 29 de septiembre, sin tomar en cuenta el lugar donde se celebra, sino lo que se hizo, “Día Nacional de los derechos del niño” , podríamos hacernos 2 preguntas, ¿realmente podemos decir que es suficiente los derechos del niño para ayudar a que nuestros niños crezcan mejor? ¿son las escuelas a través de los maestros los que deben ayudar a instruir a nuestros niños?

Los niños reciben muchas y variadas influencias fuera de casa y tal ves en parte los maestros le corresponda ayudar a instruir a nuestros hijos, pero las mejores y más duraderas influencias son las que ejercen sobre ellos sus padres quienes realmente son los que deben jugar un papel primordial en el crecimiento de sus hijos, donde por obligación deben ayudarles a ser “Niños extraordinarios”, pero no solo enfocados a adquirir conocimientos, no solo en protegerlos,  sino a ser mejores personas enfocados en principios y el amor de Dios.

A continuación les presentamos diez consejos prácticos y de fácil aplicación para que los padres pongan en práctica y les ayude a formar hijos felices, responsables, independientes y conforme a la voluntad de Dios.

 

  1. Ámenlos: Esto parece demasiado obvio; pero, ¿lo es realmente? Los niños no lo piensan así. Uno de los principales motivos de los adolescentes para huir de casa, intentar suicidarse, consumir drogas o embarazarse, es su convicción de que no los aman. Mas amar no significa echarlos a perder; son las muestras constantes de cariño, la sonrisa, el pequeño regalo sin motivo especial, los factores que representarán para ellos un gran apoyo en su maduración.
  2. Cultive la autoestima de sus hijos: Sin autoestima, los niños no progresan académica, social ni personalmente. Si sienten que usted no cree que puedan hacer nada bien, eso será lo que hagan: nada. En cambio, si tienen un concepto muy positivo de sí mismos, lograrán maravillas. Karen, estudiante de capacidad normal, obtuvo dos becas universitarias como premio a sus excelentes calificaciones. En cierta ocasión le preguntaron cuál era el secreto de su éxito; respondió: “Desde que era pequeña, mis padres me han repetido cosas como ‘estamos orgullosos de ti’. Con esa confianza en mí por parte de ellos, creo que no hay nada que no pueda hacer”.
  3. Incúlqueles la aceptación de retos:Los niños triunfadores son aquellos a quienes se estimula para que hagan su mejor esfuerzo; para que exploren terreno desconocido y vean en sus propios errores oportunidades para madurar. En cuanto prueban el sabor del éxito, siempre se esfuerzan por obtener más. Sin embargo, sea realista: anímelos a perseguir objetivos en armonía con sus posibilidades y no con lo que usted sueña. No siempre coinciden. Expréseles palabras de aliento.
  4. Escúchelos: Siéntese a charlar con ellos unos minutos todos los días; a la hora de acostarse, por ejemplo, y escúchelos sin permitir que la televisión o el periódico interfieran. Sólo escúchelos y hagan que ellos lo escuchen a usted. La mayoría de los padres de familia no suelen dedicar suficiente tiempo a intercambiar impresiones con sus hijos, aunque ésta podría ser la clave para establecer una buena relación entre padres e hijos. Escucharlos sin juzgarlos, prestarles una atención comprensiva y total es el mejor regalo del amor paterno y materno. Si esta comunicación no se establece desde la tierna infancia, cuanto mayores sean sus hijos, más difícil resultará que se confíen a ustedes.
  5. Exíjales respeto:La falta de respeto de los menores hacia sus padres y hacia sus hermanos no debería darse en ningún hogar. Es muy sano que los hijos sepan que los padres tienen derecho a disponer de su propio tiempo y espacio. Pero, ¿los tratan ustedes a ellos siempre con respeto? Es muy cierto el aforismo tradicional: “Las reglas morales no se predican, sino que se aprenden con el ejemplo”.
  6. Establezca límites:Las reglas de conducta claras y explícitas arman a los muchachos de seguridad cuando tienen que encarar valores y estilos de vida diferentes a los suyos. Muchos alumnos míos me han confiado: “Es mucho más fácil zafarse de una conducta sospechosa diciendo a los amigos: ‘Mis padres no me lo permiten’, que reconocer que no deseamos hacer eso”. Los muchachos y muchachas desean saber cuáles son los límites de conducta aceptable.
  7. Haga que Dios esté presente en sus vidas: Orar juntos y seguir las tradiciones religiosas del grupo social recuerdan a la familia el amor de Dios. Con ello los jóvenes sienten que en la vida hay algo más que la obligación de tratar al prójimo como nos gustaría que él nos tratara. Además, se dan cuenta que las creencias que usted les inculca están enraizadas en antiguas tradiciones que aún tienen valor. Esteban, el muchacho que salió de aquella fiesta inmoral, me comentó un día: “Recuerdo que mi padre nos advirtió a mi hermano y a mí que el sexo no es una diversión, sino un regalo que Dios nos hace para que lo compartamos con una compañera muy especial. Entonces no entendimos bien a que se refería, pero recordé sus palabras la noche de la fiesta”.
  8. Incúlqueles el amor por el saber:Los jóvenes de hoy se enfrentan a un mundo cambiante, en el que necesitan poseer nuevos conocimientos y técnicas. ¿Cómo prepararlos? Incítelos a ser curiosos; alimente su creatividad; ayúdelos a adquirir hábitos de estudio y trabajo constantes.
  9. Procure que se interesen por su comunidad: Muchos chicos idealistas se interesan por los demás. Si los padres estimulamos ese interés social, daremos un paso importante en la preparación de hombres y mujeres cabales, deseosos de dar más de lo que reciben. Muchos de los jóvenes más maduros que he conocido tienen actividades como el auxilio a adolescentes de sus mismas edades con problemas de drogadicción; los orientan u organizan colectas y reparto de comida y ropa. Esto refuerza su autoestima.
  10. Deje que se valgan por sí mismos:Es difícil para los padres no intervenir cuando sus hijos se raspan las rodillas, se sienten lastimados por el rechazo de un amigo y no consiguen el papel que deseaban desempeñar en la función teatral escolar. Pero la sobreprotección interfiere en la lecciones que proporciona el trato diario con toda clase de gente. El objetivo de todos los padres de familia debería ser formar personas independientes, responsables y armadas de confianza en sí mismas

Selecciones de Reader’s Digest, Enero ’87. Condensado de Vibrant Life (Enero y febrero 1986). Copyright 1984 por Review and Herald Publishing Assn. De Hagerstown, Maryland.  Los Temas de Apuntes Pastorales, volumen IV, número 3.