Llamados a la misión
La misión que Jesús nos deja después de su muerte y resurrección demanda de nosotros compromiso.
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
S. Mateo 28:19-20 RVR1960
Jesús instruyo a los discípulos durante su ministerio en la tierra terminando al final con la instrucción que representa la tarea que debemos de cumplir nosotros en la tierra: Id y haced discípulos.
Esta misión encierra varios aspectos:
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Entender que es un mandato: Id y salgan de su comodidad
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Haced: llevarla a cabo; encierra disciplina.
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Discípulos: seguidores de Cristo.
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Enseñanza: Palabra de Dios
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Seguridad de que Jesús va a mi lado.
Cuando estoy consciente de mí responsabilidad de discípulos delante de Dios, no pongo por excusa el no sé testificar, la burla a la cual puedo ser sometida y algunas veces al rechazo porque estoy claro que el que está a mi lado me va a guiar y ayudar a hacerlo.
El ser sus discípulos nos lleva a ser parte de esta misión, llevar a otros a conocer a Cristo y así instruirlos para que crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Hay muchas personas pasando por situaciones difíciles y sedientas en nuestro entorno proclamemos a Cristo y ayudémosle a crecer en Él.
Autor: Iris Chavarria