¿Qué te limita?
El mandato dado por Jesús antes de partir de este mundo fue claro, tenemos la misión como cristianos lavados y redimidos por la sangre de Cristo de predicar a todos el mensaje de “salvación”.
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:18-20 RVR-1960.
Id y hacer discípulos no es una opción, Jesús nos prepara, a través de su Palabra para luego ir a hablarles a otros. A veces nos sentimos limitados, que no tenemos la sabiduría o el valor para hacerlo (eso es una limitante), pero tenemos que recordar que fue Jesús quien nos llamó, y si nos llama nos capacita de todo lo necesario para cumplir con esta misión, nuestro deber y responsabilidad es ir, es un acto de obediencia. Nosotros hacemos nuestra parte y Jesús hace la suya, nunca nos va a dejar solos. Él dice en su palabra “yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin”, y esa promesa es fiel y verdadera. Quizás muchas veces vamos a ser rechazados, pues hay gente que no quiere que le hablemos de Cristo, pero es nuestro deber hacerlo. Dice la Biblia que hay fiesta en los cielos por un pecador que se arrepiente. No debemos temer, no debemos dejarnos influenciar por voces negativas, debemos vencer esas barreras y cumplir la voluntad de Dios.
Debemos empezar a cumplir con este mandato, de manera paulatina, poco a poco, los grandes evangelistas, misiones o discipuladores de hoy no ejercieron esta labor de manera inmediata, fue un proceso, como todo en la vida, cuanto más las cosas del Señor Jesús, hay prepararse, y la mejor manera es estudiar la Biblia “Palabra de Dios”, ella es la número uno, luego están las clases bíblicas, siempre hay en cada congregación una escuela dominical, que nos enseña a estudiar la Biblia. Y luego está el actuar, ir, dar el paso, cuando uno hace la voluntad de Dios, es realmente alentador y satisfactorio.
Vamos a cumplir y hacer lo que Dios nos demanda, estamos viviendo tiempos difíciles y hay una humanidad que se pierde, cada día más va en decadencia, somos nosotros los llamados a salvarlos a través de la Poderosa Palabra de Dios. El ser cristianos pasivos, no cuenta, pues solo nos salvamos a nosotros mismo, debemos ser cristianos activos, para ganar este Mundo para Cristo. “Todo lo puedo en Cristo que me Fortalece” Fil. 4:13
Autor: Lisy de Escudero