Más allá del fruto
El Discipulado va más allá del fruto, el Discipulado acompaña en la carrera.
«.. Le pedimos a Dios que les dé pleno conocimiento de su voluntad y que les conceda sabiduría y comprensión espiritual. Entonces la forma en que vivan siempre honrará y agradará al Señor, y sus vidas producirán toda clase de buenos frutos… También pedimos que se fortalezcan con todo el glorioso poder de Dios para que tengan toda la constancia y la paciencia que necesitan. Mi deseo es que estén llenos de alegría»
Colosenses 1:9-11 NTV
Pablo se dirige a la Iglesia de Colosos reconociendo la fe y amor por los demás que les caracterizaba en su momento. Este pueblo, al conocer de Jesús creyó en Él y de sus corazones brotó amor por Su Pueblo. Pero que hay más allá del recibimiento de la buena noticia y la manifestación del fruto proveniente de ella? Hay más oración!
La labor de quien tiene discípulos, no termina cuando estos empiezan a dar frutos, sino que es el inicio del clamor! es tiempo de clamar por sabiduría y comprensión espiritual para que sus vidas sean continuas representaciones de Jesús en la tierra a través de la constancia y paciencia de su glorioso poder.
En el primer amor, puede ser llevadera la obediencia, el entendimiento, las manifestaciones espirituales, la paciencia y las ganas de seguir adelante. Pero es posible que después de un tiempo, el desánimo lleve al discípulo a dejar todo atrás, probar o volver a comportamientos que le alejan de Jesús. El tener discípulos, nos lleva a estar conectados con ellos aún cuando pensamos que la batalla fue totalmente vencida. Tal vez desconozcamos sus batallas internas pero el verdadero fruto, es una vida que honra que agrada al Señor siendo constantes y pacientes en la voluntad de Dios.
Hoy te invito a retomar la carga por aquel en quien ya viste frutos pero que aún no está preparado para llevar solo la carga.
Ruego porque el Espíritu Santo te guíe hacia aquellos que desesperadamente necesitan ser Discipulados para aguantar esta carrera.
Autora: Keila Alabarca