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Rompiendo Estructuras Mentales

Rompiendo Estructuras Mentales

Jesús utilizó mucho tiempo para explicar a sus discípulos acerca del buen mensaje sobre el reino de Dios.  Jesús no sólo les enseñó verdades, sino que compartió con ellos su vida diaria. Como discípulos, Él nos considera parte de su familia.
Para aquellos que hemos tenido el privilegio de haber conocido a Jesús como nuestro Salvador y tenemos el reto de conocerlo cada día más, sabemos que nuestro Dios no es un Dios aburrido, ni hace las cosas de la misma manera. Nuestro Dios es un Dios de sorpresas, de innovación, de cosas extraordinarias de cosas inimaginables.
La Biblia dice: “Mis pensamientos no son como los de ustedes, ni tampoco mi manera de obrar… mis pensamientos son más altos que los suyos.”  Isaías 55:8-9
A Jesús siempre le gustó romper esquemas. Él hacía milagros fuera de la sinagoga, sanaba en día de reposo, habló con rameras, y a los religiosos de la época les molestaban estas acciones.  Jesús mismo dijo: “Mayores cosas que las que yo hice, podéis hacer”: Juan 14:12
Entonces, ¿por qué siempre terminamos cayendo en un lugar común o haciendo lo mismo, teniendo pensamientos cerrados y encajonados, si Jesús mismo, nos está diciendo que podemos romper más estructuras que las que Él rompió?
El discipulado o hacer discípulos nos lleva a romper esquemas mentales, debemos pasar por un proceso de: “cambio de mi mentalidad”. Se requiere dejar que Dios nos sacuda las ideas erradas o costumbristas que por mucho tiempo se han alojado en nuestra mente.
la Biblia dice en Romanos 12:2: “No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios cambie su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán saber lo que Dios quiere para ustedes y también lo que es bueno, perfecto y agradable a Él.”
Si no permitimos que Dios cambie nuestra mente, no podremos saber lo que Él quiere para nuestra vida, ni conocer Su buena, perfecta y agradable voluntad.
La Biblia dice en Efesios 1:18: “Pido que Dios les abra la mente para que vean y sepan lo que él tiene preparado para la gente que ha llamado”.
Qué piensan los demás cuando nosotros hablamos?: “de la abundancia del corazón, habla la boca”; por lo tanto, cuando viene el Espíritu Santo, Él habla y cambia, lo primero que sucedió con los apóstoles es que hablaron en lenguas. Hay momentos donde utilizamos nuestro vocabulario para adorarle pero lo que Dios desea es que  su vocabulario divino esté siempre en nuestras mentes para que entonces podamos ver la gloria de Dios”. Necesitamos que nuestro esquema metal y vocabulario cambie a uno del cielo.
Dejemos  que el Espíritu Santo cambie nuestros  pensamientos, permitamos que cambie el disco duro de nuestra computadora; cuando lo permitimos siempre veremos una oportunidad para hablarles a los demás de Dios. Dios nos da un nuevo vocabulario cuando comenzamos a comprender que lo que era una maldición ahora es una bendición. Cuando vino el Espíritu Santo, los apóstoles no salieron corriendo, se levantaron, comprendieron que descendió el poder del Espíritu Santo.
Reflexionemos: Dios es Fiel y nos dice que no es un líder de discipulado lo que Él necesita, lo que Él requiere es que la presencia del
Espíritu Santo una nuestro corazón al  corazón de Él.  Él quiere ver su Espíritu sobre nosotros, quiere poder transformar esa mente llena de problemas en una mente llena de bendiciones, una mente que edifique, levante y transmita Su Palabra con amor.  De esta manera seremos muchos líderes evangelizadores siendo guiados por el Espíritu Santo quien quiere poder llevar nuestras vida, y utilizar nuestra conducta para la Gloria de Dios.
Autor: Selvin Madrid