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Devocional

Exponernos

Exponernos

Cuán difícil es exponernos ante otros, mucho más cuando se trata de confesar nuestras faltas.
Por eso, confiésense sus pecados unos a otros, y luego oren unos por otros. Hagan eso para que Dios los sane.  La oración de quien está bien con Dios es poderosa y efectiva. Santiago 5:16
La carta de Santiago nos expone una verdad que nos permite sanar y crecer como Iglesia. Antes de exponer esta verdad quisiera que aclararemos conceptos. En la Biblia cuando se usa la palabra pecado,  en algunos versos se usa el término griego “Hamartía”. Este término significa errar el blanco o “no hacer lo recto”.  En términos generales es salirse del propósito. Si todos somos parte del cuerpo de Cristo y uno de nosotros peca, parte del cuerpo deja de cumplir el propósito por el cual esta dentro del cuerpo y esto es sumamente peligroso para todo el cuerpo. Es como si parte de mi cuerpo dejara de funcionar como debe ser, poco a poco mi cuerpo dejara de tener la funcionalidad que debe tener. Es por eso que la carta de Santiago expone algo vital para que el cuerpo  este saludable y es el de exponer nuestra situación de pecado a otros dentro del cuerpo para que a través de la oración el cuerpo pueda volver a sanar y así volver a tener la funcionalidad que debo tener.
Como iglesia hemos dejado de disfrutar uno de los hermosos regalos que Dios nos dejo a través del poder de la oración, la sanidad espiritual de nuestra alma. La confesión de pecados se ha dejado de un lado en nuestras congregaciones y mucho tiene que ver por la falta de confianza que se tiene a aquellos hermanos de la fe que caminan con nosotros. Pero no por malos ejemplos que se han dado en la iglesia podemos dejar a una lado esta gran verdad. Retomemos este principio que tanto necesita el cuerpo de Cristo. Si nuestro cuerpo tuviera un riñón sin funcionar correríamos al médico para ver qué nos pasa. De la misma forma deberíamos estar desesperados cuando una parte del cuerpo no funciona y para esto Dios nos dejo la confesión de pecados, pero se que no es algo que debemos hacer a la ligera y por eso  quiero resaltar ciertos puntos claves de este pasaje:
  • La confesión es dentro del cuerpo de Cristo, no es algo que puedo hacer con personas ajenas a la iglesia.
  • Debe tener oración en medio, para pedir liberación de la persona que ha pecado. Hay pecados que se han arraigado en algunos que han formado una atadura y solo a través de la oración del cuerpo es que podemos ser sacados de esa situación  de atadura.
  • Debe ser confesado con alguien de autoridad o con frutos evidentes del Espíritu Santo, La oración de quien está bien con Dios es poderosa y efectiva (Santiago 5:16). La autoridad no tiene que ver con un título, sino con alguien que a quien el Padre respalda y su oración tiene poder y será efectiva.
Cuando difícil es exponernos y confesar algo que hicimos en lo íntimo, pero peor es ver cómo nuestra vida es consumida por un pecado que no debería tener poder sobre nosotros, porque Cristo venció el pecado, pero nuestra inmadurez en el camino nos hace en ocasiones atarnos a situaciones que Dios nunca nos pidió y solo podremos salir de allí si pedimos ayuda. Oro porque el Padre ponga delante de ti, esas personas de autoridad dentro de cuerpo a quienes puedas exponer esas situaciones de ataduras de las cuales necesitas ser librado.
Autor: Jonathan Zapata