La Catedral de Vida Panamá > Devocional > Haz las primeras obras
Devocional

Haz las primeras obras

Haz las primeras obras

“Haz las primeras obras”… Fueron las palabras que dijo,  el Señor resucitado a la iglesia de Éfeso (Leer Apocalipsis 2:2-4), pero ¿qué le paso, a esta iglesia para que el Señor le dijera: “Haz las primeras obras”? Lo curioso es que el Señor Jesús antes de pedirles que volvieran a las primeras obras le da tantos elogios por su experiencia y conocimiento, pero… ¿Qué más quiere Dios de estos servidores de Cristo?, ¿Que le ha faltado hacer?, ¿En qué ha fallado para que le pidan volver a las primeras obras?, ¿Que ha ocurrido para que Dios tenga algo en su contra?
La respuesta a esto, es que los servidores de Éfeso se desenfocaron, perdieron la brújula y por consiguiente el rumbo de su destino, esto se debe a que el ministerio, el trabajo, el servicio a Dios, las batallas de la vida y las victorias deben ser medios para conocer más a Dios y no el propósito final de nuestras vidas.
Deuteronomio 10:21, dice: Él es el objeto de tu alabanza y Él es tu Dios, que ha hecho por ti estas cosas grandes y  portentosas que tus ojos han visto.  
El amor de Dios y el amor por Dios debe ser el motor de todo lo que hacemos en la vida. Lo que Dios tiene en contra de la iglesia de Éfeso es que ha dejado su primer amor, Dios dejo de ser su prioridad.  En otras palabras, nuestra devoción sincera a Dios es a través de la oración y la meditación de su palabra, esto debe ser nuestra mayor prioridad por encima de cualquier obra o labor que tengamos que realizar.  Al fin y al cabo por Él vivimos  y disfrutamos de todo lo creado. 
Salmo 150:6, dice: Todo lo que respira alabe al Señor!
Este mensaje para la iglesia de Éfeso es  una voz de alerta para nuestras vidas, para volver a practicar las primeras obras hasta convertirlas en hábitos y disciplinas que fortalezcan nuestra pasión por Dios. Volvamos a pasar tiempo con Dios en oración, meditando su palabra, compartiendo en armonía con nuestros hermanos en la congregación, aprendiendo en la escuela dominical y testificando las maravillas que ha hecho en nuestra vida.
Autor: Rev. Adrian Figueroa.