La Catedral de Vida Panamá > Devocional > Mirar atrás….
Devocional

Mirar atrás….

Mirar atrás….

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:10 NVI
Muchas veces hemos escuchado la frase: “Para atrás ni para agarrar impulso” y es cierto que puede aplicarse en muchos momentos de nuestra vida, pero en lo que se refiere a retomar nuestro primer amor a Dios, esta frase no tiene cabida.
Cuando decidimos aceptar a Dios y seguir su evangelio, hicimos cambios significativos en muchos aspectos de nuestro diario vivir, mismos de los que seguro fueron testigos nuestros familiares y amigos; y fuimos creciendo espiritualmente en ese nuevo caminar.  Sin embargo, nos puede pasar como al pueblo de Éfeso, y en algún momento podemos perder “nuestro norte”, “nuestro primer amor”, ya sea porque nos concentramos en el día a día, en nuestro trabajo, en nuestras labores ministeriales o porque nos creemos que todo lo sabemos o simplemente porque dejamos de practicar aquello que hacíamos inicialmente cuando empezamos esta nueva vida en Cristo.
Es en ese momento en que debemos hacer un ALTO y MIRAR ATRÁS….volver a donde empezamos, a esas primeras obras a las que fue llamado el pueblo de Éfeso a regresar (Apocalipsis 2:1-5) a las primeras obras. Este llamado también se extiende  a nosotros, pues somos hechura de Dios y como hijos de Él estamos llamados a practicar buenas obras y si no las recordamos o las dejamos en el fondo de nuestro corazón, debemos buscarlas y regresar a las mismas.
Volver a ese primer amor representa en primer lugar: aceptar que nos hemos alejado, que nos hemos enfriado, es arrepentirnos. En segundo lugar: practicar esas primeras obras, es decir,  servir con pasión a Dios, derramar todo nuestro amor a Él y a su obra, estar en comunión constante con Él, a través de la oración, ver en cada hermano a Cristo y alabarle constantemente.
No tengamos miedo a aceptar que nuestro rumbo pudo haberse desviado, lo importante mirar atrás y reconocerlo, retomando ese camino, renovados en Cristo, para vivir por Él y para Él.  Ten presente siempre que regresar a Dios es regresar a unos brazos abiertos que saben consolarnos y que nunca estarán cerrados para nosotros.
Autora: Aleika De León de González.