Dios te llama a ti
“Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ése era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús”. 2 Timoteo 1:9 NTV
Probablemente éste sea el primer escrito de su servidor que estés leyendo al haber entrado a éste blog, te invito a que antes de que sigas puedas darle un vistazo a los tres temas anteriores: Escuchando Su Voz, En busca de lo perdido, ¿Qué busca Dios?
Voy a hacer uso de mi fe para creer que por lo menos leíste los subtítulos de cada tema y ahora tendrás una idea de lo que quiero hablar en esta última parte, sólo que lo quiero hacer de una forma diferente. Primero vamos a tomar un tiempo para orar a Dios. Ahí donde éstas puedes inclinar tu rostro y decirle a tu Padre Eterno que hable a tu vida, si nunca has orado o no sabes como empezar te dejo una pequeña oración para que puedas comenzar.
Padre Celestial, te pido ahora en el nombre de tu Hijo Jesús, que puedas hablarme mientras leo este escrito, deseo escuchar la voz del Espíritu Santo en mi interior. Dame Señor un espíritu sensible a tu presencia y abre mi entendimiento para comprender lo que tú me quieres enseñar hoy. Gracias por éste tiempo. Amén
Hace unas semanas, estaba orando a Dios y puso en mi corazón que orara para que se levantaran tres tipos de personas: los obreros, los adoradores y los intercesores. Pero en específico que orara para que fuera arrancado de sus vidas un espíritu de estupor que no los dejaba escuchar a Dios.
Quiero atreverme a hacer algo, y oro a Dios que mientras lees esto en el nombre de Jesús, donde quiera que estés, lanzo la palabra y pido al Espíritu Santo que arranque ese espíritu de estupor, es arrancado de tu vida, de tus oídos, y así como Jesús dijo “efata”, en este momento creo que tus oídos espirituales son abiertos.
Tienes que saber que Dios te salvó
Vamos de vuelta al verso clave de éste tema. 2 Timoteo 2:19. Este verso nos enseña que Dios ya nos salvó, no porque lo merezcamos, simple y sencillamente porque él así lo quiso, si tú eres un creyente nacido de nuevo y seguidor de Cristo, el Padre ya te ha separado para que vivas de una manera agradable para él.
Ya no te auto condenes, ya no te auto castigues. Cristo ya llevó tus pecados, entrégale todo a él y no luches con tus propias fuerzas. En Cristo somos más que vencedores y podemos vencer cualquier pecado. Te digo esto porque la principal razón por la que no queremos o no nos atrevemos a servir al Señor, es porque en algún momento hicimos algo que sabíamos no era lo correcto. Pero si Jesús ya te salvó y te ha lavado con su sangre preciosa, ya no hay condenación contra ti, al menos que nos auto condenemos.
No solo eres salvo, también Dios te llamó
Algo que me impactó en los últimos días es saber que tenemos un llamado especial que Dios nos ha hecho, y no me refiero al llamado para pastor, maestro, evangelista, profeta o apóstol.
El primer llamado que Dios nos hace es el de tener comunión con Cristo. “Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor” (1 Corintios 1:9 RVC). Antes de cualquier otra cosa, lo primero que debemos hacer es tener comunión con Cristo. Esa es como nuestra salida inicial en la carrera de cada día.
Dios te llamó a ti, si estás leyendo esto. Nunca olvides que el principio de todo llamado a servir a Dios, es el de pasar un tiempo especial con Cristo. Solo a sus pies podemos entender grandes verdades.
Un llamado especial para tu vida
Ahora que sabemos que lo primero siempre debe ser Cristo. Lo siguiente es responder al llamado que Dios te está haciendo en éste momento. El Señor haciendo el llamado a los obreros para que vayan y prediquen las buenas nuevas de salvación. La Biblia dice que ya la cosecha está lista, solo necesita gente que vaya y recoja esa cosecha.
Si últimamente has sentido la carga por las almas, déjame decirte que es Dios mismo poniéndola en tu corazón para que te levantes y hagas algo por todas esas personas que se están perdiendo.
Dios también está haciendo el llamado a los adoradores para que sean quienes traigan la presencia de Dios del cielo aquí en la tierra. Cristo era un adorador y a donde quiera que fuera, esa atmósfera de gloria traía sanidades y milagros entre las multitudes.
A muchos de ustedes, les ha nacido el deseo de buscar al Padre en cantos de adoración y con obediencia total, se han recargado en el pecho del Maestro como lo hacía el apóstol Juan para escuchar el latido de su corazón. A ti te digo, esos son los lazos de amor con los que Dios te está atrayendo a él.
Hay un llamado especial para los intercesores, quienes pasaran horas y horas conversando con Su Creador. Él te contará sus planes y tú podrás orar e interceder por otros como lo hicieron los hombres de la Biblia como Abraham. Serás llamado amigo de Dios. A ti, el Espíritu Santo te ha despertado mañana tras mañana para orar por algo o alguien en específico; es porque está poniendo en ti un espíritu guerrero que interviene a favor de muchos otros.
Te aliento a que puedas responder HOY a este hermoso llamado que DIOS está poniendo en tu espíritu. Levántate y plántate delante de Dios. Sé tú ese obrero, ese adorador o ese intercesor que Dios estaba buscando.