Nunca olvidemos
Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues sino vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar sino te hubieres arrepentido. Apocalipsis 2:1-5
En el mensaje a la iglesia de Éfeso, Dios comienza por reconocer sus virtudes y dar valor a el trabajo que habían hecho; sin embargo señala una cosa que tenía contra ellos: Tengo contra ti que has dejado tu primer amor, el verso no termina ahí y les sigue diciendo, Recuerda, por tanto de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar si no te hubieres arrepentido.
El deseo de Dios para la iglesia de Éfeso y para nuestras vidas es que nunca olvidemos lo más importante El Primer amor. Dios estaba interesado en mostrarle cuál era su condición actual, que recordarán cómo eran antes y donde habían caído, se arrepintieran y que volvieran hacer las primeras obras.
Dios quiere que tengamos una conexión íntima con Él. Si le hemos fallado, pidamos perdón y volvamos a hacer las obras que antes hacíamos y que hoy quizás no estamos haciendo.
Volviendo a las primeras obras tiene que ver con:
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Recuperar esa íntima relación con Dios.
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Inspirar a aquellos que nos rodean.
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Renovar nuestra forma de hablar y pensar.
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Vivir apasionadamente por Cristo
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Mostrar el amor de Jesús.
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Abrazar al necesitado.
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Manifestar el amor de Dios.
Pidámosle al Señor que el vuelva nuestros corazones al primer amor, nos ayude a mantener la pasión y volvamos a las primeras obras en oración, ruego y ayuno.
Autora: Ruth Mojica