Permaneciendo en Cristo

Dios reconoce nuestras obras pero su mayor interés es que permanezcamos en Él.
Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: 2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Apocalipsis 2:1-5
El Señor le dice a la iglesia de Éfeso yo sé lo que haces, yo sé lo que pasas, yo conozco lo que eres, me paseo en medio de ti y me he percatado que has trabajado arduamente por amor a mi nombre, PERO tengo algo contra ti, has dejado tu primer amor. Este mensaje se revela para estos tiempos, tiempos en que los afanes y el estrés  de la vida nos hacen descuidar la presencia de Dios y lo quitamos del primer lugar.
Dios desea que le amemos con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas, que nuestro principal deseo y motivación sea ÉL, que trabajemos para su obra, que atendamos nuestros compromisos, pero que no pongas de excusas nuestras asignaciones diarias para no pasar tiempo en su presencia, bien nos enseña la palabra: Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia, si su presencia no está con nosotros nada de lo que hacemos tiene sentido.
La exhortación  de Dios nos lleva a examinarnos y preguntarnos ¿dónde está inclinado nuestro corazón? ¿nos sentimos apasionados por la presencia de Dios? ¿nos deleitamos en la palabra de Dios? ¿estamos disfrutando los tiempos y la voluntad de Dios?
Su exhortación  nos hace una invitación hoy: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras” Vuelve al primer amor porque no se trata de lo que hacemos sino de lo que somos en Él.
Autor: Dania Sánchez

Él se abre camino

Volver a las primeras obras, tiene que ver con renunciar  a mis conocimientos y dejarme guiar por mi Padre en medio del camino. 
“Y sucedió que al cabo de tres días los oficiales pasaron por medio del campamento; y dieron órdenes al pueblo, diciendo: Cuándo veáis el arca del pacto del SEÑOR vuestro Dios y a los sacerdotes levitas llevándola, partiréis de vuestro lugar y la seguiréis. Sin embargo, dejaréis entre vosotros y ella una distancia de unos dos mil codos. No os acerquéis a ella para saber el camino por donde debéis ir, porque no habéis pasado antes por este camino. He aquí, el arca del pacto del Señor de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de vosotros. Ahora pues, tomad doce hombres de las tribus de Israel, un hombre de cada tribu. Y sucederá que cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca del SEÑOR, el Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán quedarán cortadas, y las aguas que fluyen de arriba se detendrán en un montón. Y aconteció que cuando el pueblo salió de sus tiendas para pasar el Jordán con los sacerdotes llevando el arca del pacto delante del pueblo, y cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca se mojaron en la orilla del agua (porque el Jordán se desborda por todas sus riberas todos los días de la cosecha), las aguas que venían de arriba se detuvieron y se elevaron en un montón, a una gran distancia en Adam, la ciudad que está al lado de Saretán; y las que descendían hacia el mar de Arabá, el mar Salado, fueron cortadas completamente. Y el pueblo pasó frente a Jericó. Y los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del SEÑOR estuvieron en tierra seca en medio del Jordán mientras que todo Israel cruzaba sobre tierra seca, hasta que todo el pueblo acabó de pasar el Jordán.”
Josué 3:2-4, 11-17 LBLA
El pasaje anterior narra los sucesos antes de que Él pueblo de Israel, entrara en la tierra prometida. Josué, líder principal del pueblo, les dio instrucciones de seguir detrás del arca del pacto que simbolizaba la presencia de Dios, que no desviarán su mirada del arca, ya que no conocían el camino que había que seguir. Una de las características de la generación que lideró Josué es que experimentaron en carne propia cómo la obediencia a Dios en medio del desierto tiene preeminencia por encima de cualquier sabiduría humana.  Fue una generación que comprendió lo que es ser guiado por Dios. La verdad para mí fue muy curioso ese pasaje, porque en realidad no había un camino. Si, ellos hubieran ido adelante sin seguir la dirección de Dios, se hubieran encontrado con el río Jordán desbordando, naturalmente no existía un camino trazado.
Cuando alguien decide  obedecerle, cosas sobrenaturales ocurrirán. Nuestro Padre Celestial se abre camino por donde no hay, Él ya trazo una ruta por la que debemos caminar, pero muchas veces queremos nosotros ir delante guiando con nuestras fuerzas y conocimientos. Volver a las primeras obras tiene que ver con dejar a un lado mi experiencia, mis capacidades y comenzar a depender realmente de Nuestro Padre Celestial.
 “aunque yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más: circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible. Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,”
‭‭Filipenses‬ ‭3:4-8‬ ‭LBLA‬‬
Pablo siendo uno de los apóstoles con mayor trayectoria y experiencia en el evangelio, tomó la decisión de estimar toda su trayectoria y conocimiento  como  basura, por amor a Cristo.  Nuestra experiencia y capacidad humana tiene un límite, cuando ponemos esto por delante nuestra vida tendrá un tope, nos encontráremos tratando de hacer las cosas por nuestras fuerzas y llegara un punto en donde todo se volverá monótono y sin sentido. Dios está haciendo un llamado a esta generación para que volvamos a depender realmente en la guía del Espíritu Santo, volcarnos en amor por Cristo. Volvamos a poner nuestra mirada en Cristo, volvamos a escucharlo sin poner nuestros conocimientos como obstáculos que nos impidan a avanzar al propósito al cuál Él nos ha llamado.
Autor: Jonathan Zapata

Cómo volver a esos primeros pasos…

“Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor.  Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios. ” Efesios 3:14-19 NTV
Y así oró Pablo por la iglesia de Éfeso para que pudieran entender cuan ricos eran en bendiciones espirituales y que solamente estando cerca de Dios podrían tener una vida plena, porque la plenitud solamente viene de Dios.  Por ello, así es que tenemos que orar nosotros para mantenernos siempre cerca de Dios Padre, para que nuestro crecimiento espiritual no mengue.
Pero en caso de que sintamos que nos alejamos, que no estamos tan cerca como al principio, que ese primer amor se hace costumbre, debemos entonces volver a esos primeros pasos… y eso como se hace se preguntarán algunos?  La palabra de Dios nos da esa respuesta:  ” Por eso, acuérdate de cómo eras antes, y vuelve a obedecer a Dios. Deja de hacer lo malo, y compórtate como al principio. ” (Ap. 2:5 NTV). De este versículo podemos apreciar el camino que debemos recorrer para volver:
  1. Recordar como éramos antes. Ver dentro de nosotros mismos, ver en que hemos fallado.
  2. Obedecer a Dios como al inicio cuando lo conocimos.
  3. Dejar de hacer aquello que nos alejo de Él.
  4. Hacer lo que hacíamos al inicio, aquellas obras que nos llevaron a estar cerca de Él.
Se que no es fácil, pero es el lugar donde alcanzamos nuestra plenitud. Si queremos volver a sentir lo mismo, a vivir para el Padre, debemos volver a esos primeros pasos. No te alejes, no te desvíes mas y regresa.
Autora: Aleika De León de Gonzalez.

La longevidad de Su palabra

“El enemigo puede arrancarnos lo natural, pero jamás podrá arrancarnos lo eterno”.
«¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?… su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.»
‭‭Mateo‬ ‭6:27, 32-33‬ ‭NTV‬‬
En mi segundo año de licenciatura, recuerdo haber tenido una prueba de fe que por primera vez me tocaría manejar “sola”. Necesitaba pasar una materia después de haber sacado algunas F, por lo que mi preocupación estaba en uno de sus más altos niveles.  La mañana en la que tenía el último parcial me levanté sintiéndome ansiosa pensando en toda las fórmulas que debía recordar. De repente vino a mi corazón Mateo 6:33 y sin pensarlo solté mis cuadernos y corrí a los brazos de Papá. Pasaron solo unos segundos y me encontré delante de Él, incapaz de mencionar una sola palabra y llorando inconsolablemente. Aquel día lloré tanto delante de Papá que solo mi espíritu podía hablar por mi.
Debo confesar que hoy en día, no es tan fácil para mi rendirme delante de Papá de esta manera. Tal vez es lo que pasa cuando los preocupaciones dejaron de ser una materia y empezaron a ser el rumbo de tu vida o la vida de quienes te rodean.
La palabra preocupación se define como “ocupar anticipadamente”; es decir, llenar un espacio antes de.
Estar en un estado de preocupación es estar siendo dominados por nuestra mente y corazón, producto de haberlos ocupado anticipadamente con pensamientos y emociones basados en hechos que no han ocurrido. Generalmente estos hechos están relacionados a necesidades materiales, lo que nos lleva a preguntarnos: está nuestro tesoro en lo natural o en lo eterno?  Cuando nuestras fuerzas están enfocadas en lo natural es sencillo para el enemigo atacarnos, porque son cosas que puede arrancar de nuestras manos; pero cuando nuestras fuerzas están enfocadas en lo eterno, lo dejamos sin armas de ataque, porque lo que nadie puede robarnos es el cuidado y la añadidura de nuestro Padre, para quienes reposan en Él. Su cuidado y añadidura van más allá del sustento diario, Él añade sobre nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu.
Preguntarnos sinceramente donde están enfocadas nuestras fuerzas, nos permitirá conocer nuestro tesoro y así ubicar donde tenemos nuestro corazón. Así sabremos si se nos hemos  limitado a lo natural o estamos mirando hacia lo eterno.
La palabra que tuvo efecto hace unos años en mi vida, es la misma de hoy y tiene el mismo poder de cumplimiento. Te animo buscar a Cristo primero, a mirarlo a Él antes que al problema, a regresar a la fe del primer Amor y confiar en Su palabra porque ella “jamás pasará”.
Autor: Keila Alabarca

¿Cómo fue tu principio?

«Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.»
‭‭Efesios‬ ‭1:4-5‬ ‭NTV‬
Hace unos días compartí con unos jóvenes no cristianos y tratamos durante todo un fin de semana de reforzar, sobretodo, los temas de identidad.
Volví identificando en mi misma, distorsiones que en algún momento se fueron formando poco a poco silenciosamente en mi vida. Me pregunté: pero y ¿cómo fuimos hechos? ¿Cuál fue nuestro principio? ¿Cuál es nuestra identidad?
Nuestra identidad es aquello que vino plasmado en nosotros desde el día uno. Como dice la palabra: a través de Cristo fuimos hechos intachables y santos, desde un principio porque Jesús es el principio.
En la carrera de la fe enfrentamos una serie de situaciones y experiencias que pretenden golpear nuestra identidad, quitarnos el sello que recibimos a través de Cristo. Son mentiras que convertimos en verdades sin embargo, a través de Cristo son restituidas todas las cosas. Todas las mentiras del mundo que fueron tachando la identidad con que nacimos, pueden ser borradas a través de la Sangre que derramo por nosotros.
Su sangre nos lleva de regreso al punto de Partida, restituye nuestra santidad y borra todo aquello que cambio la hermosa creación.
Te invito a preguntarle al Señor: ¿dónde y cómo comenzó todo? ¿Cuáles fueron las  joyas que te regalo para invertir en alguien más?
Guarda silencio y dale espacio para que a través del Espíritu Santo restituya tu identidad en Él.
Autora: Keila Alabarca

Mirar atrás….

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:10 NVI
Muchas veces hemos escuchado la frase: “Para atrás ni para agarrar impulso” y es cierto que puede aplicarse en muchos momentos de nuestra vida, pero en lo que se refiere a retomar nuestro primer amor a Dios, esta frase no tiene cabida.
Cuando decidimos aceptar a Dios y seguir su evangelio, hicimos cambios significativos en muchos aspectos de nuestro diario vivir, mismos de los que seguro fueron testigos nuestros familiares y amigos; y fuimos creciendo espiritualmente en ese nuevo caminar.  Sin embargo, nos puede pasar como al pueblo de Éfeso, y en algún momento podemos perder “nuestro norte”, “nuestro primer amor”, ya sea porque nos concentramos en el día a día, en nuestro trabajo, en nuestras labores ministeriales o porque nos creemos que todo lo sabemos o simplemente porque dejamos de practicar aquello que hacíamos inicialmente cuando empezamos esta nueva vida en Cristo.
Es en ese momento en que debemos hacer un ALTO y MIRAR ATRÁS….volver a donde empezamos, a esas primeras obras a las que fue llamado el pueblo de Éfeso a regresar (Apocalipsis 2:1-5) a las primeras obras. Este llamado también se extiende  a nosotros, pues somos hechura de Dios y como hijos de Él estamos llamados a practicar buenas obras y si no las recordamos o las dejamos en el fondo de nuestro corazón, debemos buscarlas y regresar a las mismas.
Volver a ese primer amor representa en primer lugar: aceptar que nos hemos alejado, que nos hemos enfriado, es arrepentirnos. En segundo lugar: practicar esas primeras obras, es decir,  servir con pasión a Dios, derramar todo nuestro amor a Él y a su obra, estar en comunión constante con Él, a través de la oración, ver en cada hermano a Cristo y alabarle constantemente.
No tengamos miedo a aceptar que nuestro rumbo pudo haberse desviado, lo importante mirar atrás y reconocerlo, retomando ese camino, renovados en Cristo, para vivir por Él y para Él.  Ten presente siempre que regresar a Dios es regresar a unos brazos abiertos que saben consolarnos y que nunca estarán cerrados para nosotros.
Autora: Aleika De León de González.

Haz las primeras obras

“Haz las primeras obras”… Fueron las palabras que dijo,  el Señor resucitado a la iglesia de Éfeso (Leer Apocalipsis 2:2-4), pero ¿qué le paso, a esta iglesia para que el Señor le dijera: “Haz las primeras obras”? Lo curioso es que el Señor Jesús antes de pedirles que volvieran a las primeras obras le da tantos elogios por su experiencia y conocimiento, pero… ¿Qué más quiere Dios de estos servidores de Cristo?, ¿Que le ha faltado hacer?, ¿En qué ha fallado para que le pidan volver a las primeras obras?, ¿Que ha ocurrido para que Dios tenga algo en su contra?
La respuesta a esto, es que los servidores de Éfeso se desenfocaron, perdieron la brújula y por consiguiente el rumbo de su destino, esto se debe a que el ministerio, el trabajo, el servicio a Dios, las batallas de la vida y las victorias deben ser medios para conocer más a Dios y no el propósito final de nuestras vidas.
Deuteronomio 10:21, dice: Él es el objeto de tu alabanza y Él es tu Dios, que ha hecho por ti estas cosas grandes y  portentosas que tus ojos han visto.  
El amor de Dios y el amor por Dios debe ser el motor de todo lo que hacemos en la vida. Lo que Dios tiene en contra de la iglesia de Éfeso es que ha dejado su primer amor, Dios dejo de ser su prioridad.  En otras palabras, nuestra devoción sincera a Dios es a través de la oración y la meditación de su palabra, esto debe ser nuestra mayor prioridad por encima de cualquier obra o labor que tengamos que realizar.  Al fin y al cabo por Él vivimos  y disfrutamos de todo lo creado. 
Salmo 150:6, dice: Todo lo que respira alabe al Señor!
Este mensaje para la iglesia de Éfeso es  una voz de alerta para nuestras vidas, para volver a practicar las primeras obras hasta convertirlas en hábitos y disciplinas que fortalezcan nuestra pasión por Dios. Volvamos a pasar tiempo con Dios en oración, meditando su palabra, compartiendo en armonía con nuestros hermanos en la congregación, aprendiendo en la escuela dominical y testificando las maravillas que ha hecho en nuestra vida.
Autor: Rev. Adrian Figueroa.

La preeminencia del amor a Jésus

Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso:
“El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que camina en medio de los siete candelabros de oro, dice esto: ”‘Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. Has sufrido, has sido perseverante, has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y haz las primeras obras, pues si no te arrepientes, pronto vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar.” Apocalipsis 2:1-5
Cuando nos convertimos al evangelio suceden muchos cambios en nuestras vidas. Entre otras cosas, se aclara nuestro etendimiento acerca de Dios, del pecado, de la eternidad, asuntos en los que no meditabamos con frecuencia. Tambien nuestra mente es transformada, empezamos a crecer espiritualmente y comienzan a nostarse los frutos de la vida nueva.
La iglesia de Éfeso, fundada por el apóstol Pablo, había crecido y tenía testimonio de fidelidad, paciencia, perseverancia y celo por la sana doctrina. Esta iglesia también se oponía a la gente malvada y mentirosa que se oponían al avangelio. Aunque Jesús envía palabras de encomio a ésta iglesia, tambien le objeta que han perdido “su primer amor”. Lo que quiere decir esto es que los efesios,  en su afán por trabajar duro y mantener pura la moral y la doctrina, ya no tenían a Jesús como lo más importante en sus vidas. La observación era pertinente porque cuando Jesús no es nuestro más grande amor, nuestras relaciones son afectadas y hasta podemos olvidar lo valioso que es el perdón de nuestros pecados. “Volver a las primeras obras” significa la búsqueda de Dios en oración, amor por la Palabra de Dios, hambre por conocer más de Él, el deseo de congregarnos y tener comunión con los hermanos. En otras palabras, adoración, devoción, obediencia, sumisión, entrega absoluta, rasgos distintivos de un cristiano que tiene a Jesús como Rey y Señor. Lo demás, ministerio, poder, unción, viene por añadidura.
La amonestación a los Efesios es para nosotros también, no sea que el trabajar arduamente nos lleve a perder nuestro amor intenso por Dios.  Todo lo que hagamos debe hacerse por amor y con amor para el Señor, o no perdurará.
Autor: Ps. Angela Olascoagas

Auto confrontación

Sino mido lo que hago nunca podré saber si realmente estoy avanzando.
“¡Cuidado, no pequen más! Cuando llegue la noche y se acuesten a dormir, pónganse a pensar en todo lo que han hecho. Ofrézcanle a Dios lo que él les ha pedido, y pongan su confianza en él.”
‭‭Salmos‬ ‭4:4-5‬ ‭TLA‬‬
El pasaje anterior nos habla acerca de un tema poco tratado en nuestras vidas pero sumamente necesario para dejar de construir caminos de injusticia en nuestra vida. Una herramienta que nos ayuda a de dejar de hacer cosas que nos alejen del propósito de Dios ( pecar), es la auto confrontación. La auto confrontación nos ayuda a medir si lo que estoy haciendo realmente agrada a Dios, me gusta mucho el pasaje anterior en toda su estructura,
  • Cuidado no pequen más – No te alejes del propósito
  • Por la noche pónganse a pensar todo lo que hicieron – Auto confrontación
  • Ofrezcanle a Dios lo que te pidio y confia en Él – Tu medida para confrontarte es lo que Él té pidio.
Si deseamos un cambio real en nuestras vidas debemos comenzar a autoconfrontarnos, nadie lo va a hacer por ti, nadie conoce  tus pecados ocultos, sólo tu y ante la luz de lo que Él nos pide a través de su Palabra debemos medir lo que hacemos diariamente. Entremos confiadamente a su presencia y confrontemos todo lo que hacemos todos los días, no puede ser esporádico, debe ser diario. Un cambio de mentalidad no se logra de la noche a la mañana ocurre de manera intencional y debe construirse con la practica.
Quieres un cambio en tu vida?, comienza con la auto confrontación, solo mirando lo que hacemos podemos corregir lo que está mal y tu medida de comparación sera siempre su palabra.
Autor: Jonathan Zapata

Vamos mar adentro?

” Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.  Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.  Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.” (Lc. 5:1-8 RVR1960)
Cada vez que leo este pasaje y veo como Simón Pedro dudo frente a las palabras del Maestro cuando le pedía que fuera mar adentro y echara sus redes, teniendo Simón la convicción de que nada pescaría, me miro a mi misma teniendo esas mismas dudas.
Cuando aceptamos a Cristo en nuestras vidas los cambios no son automáticos y como discípulos de Él, lo primero que debemos aprender es a dejarnos moldear y a desechar todo lo anteriormente aprendido, pues muere ese viejo hombre y nace uno nuevo.
Esta primera y esencial lección cuesta mucho, ya que debemos romper las estructuras viejas y a veces nuestra naturaleza muestra resistencia a estos cambios, ya sea por temor a los mismos o por simple conformismo de no querer salir de nuestro status quo.  Jesús invito a Simón a romper esas estructuras y Simón (dudando) lo hizo, echo su red y pesco.  Emulemos el ejemplo de Simón Pedro, vayamos mar adentro sin temor y sigamos a nuestro maestro, aceptando que lo viejo que hay en nosotros debe desaparecer para dar paso a un hombre nuevo. Aceptemos que podemos echar nuestras redes y “pescar” aunque no veamos nada.
¿Estas dispuesto a hacerlo? Vamos mar adentro, no nos quedemos en la orilla contemplando como los demás si van a aguas profundas; sigamos a nuestro maestro sin duda alguna y aceptemos los cambios que El quiera obrar en nosotros aunque los mismos representen cambios drásticos en nosotros y en lo que nos rodea.
Autora: Aleika De León de Gonzalez.