Se dice que la Fidelidad significa ser recto, fiel, de una sola línea, vertical, sin doblez, leal. Algo que Dios espera de nosotros, es que seamos fieles en todo lo que nos concierne, tanto en nuestra vida dentro una congregación como en nuestro diario vivir.
Pero, ¿Cómo demostrar fidelidad cada día?. Una de las formas es que seamos consecuentes entre lo que decimos creer y lo que hacemos. Las personas no toleran a alguien que diga creer ciertas cosas y que viva de otra manera. Cuando no hay coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, estamos siendo hipócritas. La hipocresía consiste en querer mostrar lo que no somos ni hacemos con respecto a lo que creemos.
Es tanto como decir “termina bien lo que empezaste bien”. A los que querían hacerse discípulos suyos, Jesús les decía que primero hicieran los cálculos para saber si la obra que deseaban empezar la podrían terminar (Lucas 14:28-30)
Nuestra vida de fe sólo podrá ser victoriosa según el lugar donde la tengamos puesta. Cuando nuestra fe está sobre el fundamento de Cristo y su palabra, aunque soplen los huracanes del mundo, aunque las muchas aguas traten de apagarla, nuestra fe, en quien creemos debe permanecer, porque nuestra fidelidad debe sobrepasar cualquier cosa en este mundo.
Que nuestros actos comiencen a ser resultado de lo que creemos, tu fidelidad no sólo se debe mostrar en palabras si no también con tus actos.
Dios desde un principio mostró su fidelidad, la misma que debe ser de mutua entrega, fiel hasta la muerte como Jesús lo hizo.
“No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.” Apocalipsis 2:10
El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.