A un cristiano aparentemente distraído, quien era un hombre quieto, pacífico y de paz imperturbable, al punto de que a veces no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, se le preguntó:
- ¿Cómo es que usted tiene tan perfecta paz y se muestra imperturbable? ¿Cuáles son sus reflexiones y pensamientos que le hacen tan feliz?
- ¡Oh! – dijo el siervo de Dios- Cuando tengo momentos de quietud, pienso en el Señor Jesús; y cuando no puedo pensar en Él porque tengo que atender asuntos diversos, sé que Él está pensando en mí. Por eso es que estoy tranquilo en cualquier momento y circunstancia.
El tener la firme convicción de que nuestro Padre está en control de todo y del gran amor que nos tiene, permite que vivamos confiados, sin temer las circunstancias, ni las malas noticias, sin importar si aún no hemos recibido lo que pedimos, ni si nuestros planes no resultaron como esperábamos.
Nuestra confianza en Dios no debe verse afectada por las circunstancias porque Él no cambia, permanece Fiel ante cualquier cosa y su amor no mengua, aún si le hemos fallado.
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús”. Filipenses 4:6,7 (NTV)
No debemos preocuparnos por nada, nuestro único afán debe ser poder vivir de acuerdo a lo que Dios manda, buscando la paz con Él y con los hombres, dando lo mejor de nosotros, tratando de que cada día podamos conocer un poco más a Dios y su voluntad para nuestras vidas.
Si permitimos que Dios esté en control de nuestras vidas, no habrá nada que salga mal, por más que las circunstancias se vean adversas, todo será para bien.
Vive confiadamente, que unas cuantas circunstancias no te quiten la preciosa paz que Dios te brinda y recuerda que Él siempre está pensando en ti.
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.