¿Contesta Dios todas nuestras oraciones?
Un viernes en la noche salgo en mi auto con mis hijos de 4 y 7 años a realizar una diligencia, una noche normal, mucho tráfico, la gente manejando de prisa intentando llegar de prisa a su destino, voy a ingresar a la vía principal desde un carril alterno y acelero porque venían otros autos, lo que no me percate es que el carril donde estaba tenía poco metros de recorrido antes de terminar en una acera, no pude esquivarla a tiempo y me choque de frente.
De momento conmocionado, me baje para ver qué tan grave había sido el golpe, la llanta se reventó, el rin de la llanta se dobló, el guardafangos se destruyó, una pieza llamada “V” que mueve la dirección del auto se partió del impacto.
Regresé al auto sin poder hacer nada por el auto e intentar ver a quién llamaba, mis hijos llorando del susto decían que vamos a hacer, intente llamar a la aseguradora y no había respuesta, recordé a un vecino que es mecánico, pero no tenía su teléfono, llamé a mi papá y no estaba en casa, mis hijos seguían llorando cada vas más histéricos y les dije por favor dejen de llorar que estoy intentando pensar que hago, estaba molesto conmigo, semejante descuido nos costó un accidente, entre los llantos mi hijo mayor dice: “Papá debemos orar, Papá debemos orar” yo lo escuche, pero seguí pensando que podía hacer,
“Mi hijo empieza a orar y dice
“Dios mío, ayúdanos, por favor manda un policía que nos cuide, manda una grúa que nos remolque y manda a mi abuelo para que esté con nosotros, NUNCA NOS HABÍA PASADO ESO”.
Intente muchas veces llamar a la aseguradora y no contestaba, llamé a mi papá y él estaba en la iglesia, pero me dijo que iba para allá, nos bajamos del auto porque cada vez había más tráfico y los auto pasaban más rápido. Después de unos minutos llego un policía y mi hijo grita “Papá un policía”, pregunto qué había pasado y nos dijo que pusiéramos un cono de tránsito con reflector, recordé que días antes había sacado uno del auto, ahora, ¿Dónde consigo un cono con reflector?, el policía estuvo un rato con nosotros y luego se fue, minutos después entro la llamada a la operadora, le conté el problema y me enviaron una grúa y una persona para verificar lo que había pasado.
Minutos después del otro lado de la calle pasó un auto con una luces ya características debajo de las puertas y mis hijos con alegría dicen “ya ví el auto de mi abuelo, ya viene ” , esperando la grúa se detiene un auto al frente mío y me pregunta que paso, era el maestro de la escuela de mi hijo, al contarle que paso y ver donde estaba el auto, se fue a su casa a buscar un cono con reflector y me lo trajo para colocarlo en la vía principal.
Minutos después llego la grúa y el auto lo llevamos a la casa, daños considerables económicamente.
En la noche reflexiono sobre lo siguiente, en quién creo realmente, quién es mi refugio en momentos difíciles, la Biblia dice:
Salmos 28:7
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.
Sin embargo en algo en que debí estar preparado emocional y espiritualmente no lo estuve, sin embargo, mi hijo de 7 años si sabía en quién debíamos confiar, tal cual oró mi hijo;
“Dios mío, ayúdanos, por favor manda un policía que nos cuide, manda una grúa que nos remolque y manda a mi abuelo para que esté con nosotros, NUNCA NOS HABÍA PASADO ESO”.
Dios le respondió, pero ¿por qué no nos cuidó?, yo había orado eso, ¿por qué no nos llevó y nos trajo con bien?, me pregunte.
Dios también había respondido mi oración, en mi ingrato pensamiento, Dios nos había cuidado de un accidente peor, si el golpe hubiese hecho que yo perdiera el control, a la velocidad y la cantidad de autos que venían en la vía hubieran ocasionado un accidente fatal, pero no, después del golpe, la llanta se salió de su posición y evito que el auto avanzará y quedará exactamente en un solo carril, evitando que otros auto nos golpearan, mis hijos estaban intactos, asustados, pero bien, igual que yo, pero yo “pensé “ que mis oraciones eran literales y Dios hacía lo que yo le había pedido en oración..
A veces queremos a un Dios tipo “Santa Claus” que nos traiga regalos y responda como niños bien portados. O a un Dios que sea como las máquinas de comprar golosinas. Ponemos un billete, seleccionamos y nos da lo que queremos, cuando lo queremos. Y cuando no contesta como deseamos, nos sentimos defraudados. Queremos servir a un Dios que siempre habla, que siempre actúa, que siempre da, pero si eso ocurriera, nos sentiríamos demasiado cómodos en esta tierra.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:8, 9
Cuando analizo la semana, veo un cúmulo de trabajo, horas extras trabajadas, nuevas metas y sacrificios profesionales intentando alcanzarlos, sueños personales y familiares que me agotan físicamente pero estoy dispuesto a asumir contar de alcanzarlos, con la firme convicción de que Dios me respalda, pero debo esforzarme.
Todo este esfuerzo suma horas a mi sueños me resta horas a mi vida espiritual, un accidente que me hace reflexionar sobre lo que quiero y sobre lo que Dios quiere para mí.
Proverbios 2:4:5
Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.
Ahora te pregunto,
¿Contesta Dios nuestras oraciones?
¿Será que las cosas que Dios no contesta son mensajes de alerta a nuestras vidas?,
es un mensaje donde Dios dice no necesito de tu ayuda, necesito una relación contigo, tengo otras y mejores cosas para ti, o tengo esos sueños y metas preparados en otro tiempo con otro sacrificio, un sacrificio que es más que es esforzarte de manera personal, es esforzarte en crecer en tu vida espiritual.
Mateo 6:33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas
Puedo decir que en este accidente hay una pérdida material, que se puede recuperar, asustado, pero sin un rasguño para mí, ni mis hijo, pero,
si en este momento sientes que Dios guarda silencio y no responde a tus oraciones, medita en estas palabras: “he aprendido que Dios no necesita ayuda para abrir las puertas del lugar donde quiere que entres, el no necesita que te esfuerces por tus sueños si lo abandonas por el camino, Él quiere que lo búsques con convicción, con amor, creyendo que el abrió el mar rojo y abrirá las puertas necesarias para cumplir tus metas sin que descuides tu relación con ÉL.
Danny M. G.