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Lunes 11 de Marzo – Aprendiendo a Ser Hijo

Lunes 11 de Marzo – Aprendiendo a Ser Hijo

Recuerdo una frase muy usada por mi mamá: “no hay un librito que nos enseñe a ser padres, uno aprende en el camino”. Por primera vez intenté voltear la frase desde la perspectiva de hija, pero no funcionó. Resulta que si “hay un librito que nos enseña a ser hijos” y es la propia Palabra a través de la vida de Jesús.
«pero el mundo tiene que saber que amo al Padre, y que hago exactamente lo que él me ha ordenado que haga. »
‭‭(Juan‬ ‭14:31‬ ‭NVI‬)
Por mucho tiempo leí sobre Jesús con un enfoque meramente supremo; claramente, Él es mi Salvador pero hay una belleza especial en Jesús y es su claro amor y deleite en ser un Hijo que complace a Su Padre.
La misión de Jesús definitivamente no era nada fácil, Él debía traer salvación a personas que no le amaban ni creían en Él. La razón por la que hoy tenemos derecho a la salvación, es porque mientras estuvo en un cuerpo de hombre, igual al nuestro, hubieron dos elementos claves: amor y obediencia.
Estando en un cuerpo de hombre, probablemente se llegó a sentir tentado a dejar de lado todo, como no hacerlo si estás siendo perseguido, blasfemado y juzgado constantemente? Pero Jesús tenia tan clara su misión, que se humillaba a sí mismo con tal de que la voluntad del Padre fuese cumplida.
Cuando leemos los evangelios vemos a un Jesús que en cada parábola y conversación, dejaba claro que ni sus palabras ni acciones venían de si mismo, sino que  Él se dedicaba a obrar conforme lo que el Padre le indicaba. Esto es amor y deleite por complacerlo y fue lo que lo convirtió en su reflejo vivo en medio de los hombres, y reafirmó su naturaleza divina.
A través de Jesús aprendo a ser hija. Su belleza es el modelo que nos enseña a ser hijos que complacen a su Padre. No se trata solo de obedecer, más allá de eso, el amor de un hijo que complace le permite entender que su misión es hacer la voluntad del Padre y por eso su deleite es hacerse a un lado a sí mismo con tal de que el Padre sea exaltado a través de su vida.
Podemos estar siendo perseguidos, azotados o blasfemados pero nuestra confianza está en que la obedecía abre paso al cumplimiento del propósito de Dios. Oro porque nuestros corazones sean atraídos al modelo de Jesús, y porque nuestras vidas sean entregadas en un sacrificio, que aunque sea doloroso, nos llene el alma de deleite por glorificar al Padre.
Te invito a orar: Padre, ruego porque el modelo de amor, deleite y obediencia de Cristo sea plasmado en mi corazón. Anhelo deleitarme en glorificar tu nombre.
Autor: Keila Alabarca