¿Qué hice con lo que me encomendó?

Un día estamos frente al Padre y el nos preguntará ¿qué hiciste con lo que te encomendé? ¿Estaremos preparados para responder?

 

“Y dijo: «Nada he traído a este mundo, y nada me voy a llevar. ¡ Bendigo a Dios cuando da! ¡Bendigo a Dios cuando quita!»”

‭‭Job‬ ‭1:21‬ ‭TLA‬‬

El pasaje anterior nos narra un episodio triste en la vida de Job, en donde pierde parte de lo que Dios le permitió tener. Sus palabras aunque suenen lindas fueron muy profundas y nos revelan el nivel de entendimiento que tenia Job; él comprendía que todo lo que tenía no le pertenecía, sino que todo había sido siempre del Señor quien podía disponer de todo cuando quisiera.

Debió ser difícil perderlo todo pero a pesar del dolor, entendía que todo en su haber no le pertenecía, simplemente le fue prestado y eso le permitió vivir cada día como si fuera el último. Dice la palabra de Dios que él  se levantaba todos los días y pedía por sus hijos, esto nos habla de un Job que reconocía que un día Dios le preguntaría por su principal recurso ( sus familia) y eso me recuerda la parábola de los talentos, en donde el dueño deposita talentos sobre cada uno y al final de la jornada viene a preguntarnos qué hicimos con aquello que puso en nuestras manos.

 

Entonces… ¿que hacemos nosotros con lo que Dios nos dio? ¿lo estamos valorando?, en ocaciones, no somos conscientes de lo que el Señor deposita en nuestra manos y que eso que Él deposita nos será pedido y que inclusive se nos preguntará ¿que hiciste con lo que te encomendé? ¿Que hiciste con la familia que te di?

 

Dios nos permite disfrutar de su diseño familiar y cada familia tiene una participación en su propósito eterno. En algún momento se nos preguntará ¿qué hiciste con lo que te di? Vivamos con la actitud de Job, que siempre estuvo preparado para contestar esa pregunta por eso hacia lo que le correspondía diariamente, vivía entendiendo que un día le sería quitado.

 

Nuestra familia no fue puesta en nuestras manos por casualidad, Dios nos creó con un propósito que es manifestarle a Él a través de nuestras vidas. Solo una familia ordenada puede replicar este diseño divino y ese orden comienza con mantener vivo el altar familiar. Siempre habrá conflictos dentro de casa, a medida que nos acerquemos a Dios en familia esos conflictos pasarán a segundo plano y es a través de su Luz que su orden de manifiesta. No es algo místico, tiene que ver con ser confrontados en amor sobre aquellas cosas que impiden el orden en el hogar, de esta forma Él pueda manifestarse por completo su diseño divino.. Esto es lo que Dios espera de nosotros como padres e hijos que podamos valorar lo que puso en nuestras manos, teniendo una vida que pueda manifestarle a otros el amor del Padre.

 

Si hay conflictos hoy en su hogar y desconoce el norte que deben seguir en el propósito de Dios, acérquese al Padre Celestial, Él está esperando que abramos nuestro corazón para comenzar a establecer su orden en nuestra vida.

 

¡Les bendigo en el nombre de Cristo!

 

Autor: Jonathan Zapata

 

Visión

En el camino siempre existirán distracciones, pero lo único que permitirá que lleguemos a nuestro destino es tener la visión clara de aquello a lo cual Él nos ha llamado.
Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena, pero bienaventurado  es el que guarda la ley. Prov. 29:18
El desenfreno tiene que ver con obrar sin pensar en las consecuencias de mis actos, pensar que lo que hago no tiene un impacto negativo o positivo en todo lo que me rodea.  Cuando la visión no es clara, tendemos a tomar esta actitud de hacer las cosas sin pensar en las consecuencias de nuestros actos.  Cada paso que damos tiene un gran impacto en toda mi familia, no es algo que pueda desvincular, al contrario debo estar consciente que mis actos pueden ocasionar la preservación de mi hogar y su destruccion completa.
En lo personal Dios me pide escribir las cosas que me dice y cada cierto tiempo que leo esas palabras para medir si me estoy desviando de aquello que me pidió. Esta es una forma que Él  me mostró para que no se me olvide el tiempo que estoy viviendo (tener claridad en tu visión).  El ser humano tiende a ser olvidadizo y fácilmente se olvida de las cosas, es por esto que nos dejo su Palabra escrita, para que siempre le tengamos presente.
Si Dios te ha pedido en este tiempo sanar tu carácter, mejorar la relación con tus hijos, emprender algún negocio, apoyar a tu esposa  o sanar tu matrimonio, has todo en función de eso, enfócate en aquello que te pidió y trabaja paso a paso.  No trates de sanar tu matrimonio y emprender un negocio a la vez (salvo que Él te lo haya pedido), pero difícilmente podrás hacer ambas cosas porque emprender un negocio involucra invertir mucho tiempo y si estas en un período de sanidad en tu matrimonio lo que más  necesitas es invertir tiempo con tu familia.  Tener claridad en la visión se trata de esto, saber el periodo que estoy viviendo y no salirme de allí hasta que el Espíritu Santo te lo indique.
 El camino de un hijo de Dios es un camino de pequeños pasos, pero cada paso que damos en fe, tiene un impacto profundo en la eternidad.  Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante Heb. 12:1.  Estamos en un carrera no de velocidad, sino de paciencia así que sí aun no tienes claridad (visión) de los pasos que debes tomar no te aceleres, toma un tiempo a solas con Dios y pídele claridad del tiempo que estas viviendo para que no caigas en tomar decisiones apresuradas que podrían destruir tu hogar.
Autor: Jonathan Zapata

Martes 18 de Junio – Preparando el camino

Todo hijo necesita de una plataforma para crecer y desarrollarse. Cuando nuestros padres nos brindan un ambiente seguro y estable podemos crecer más rápido y llegar más lejos de lo que ellos llegaron.

“«Mi hijo Salomón —pensaba David— es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el Señor debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso le dejaré todo listo». Así que antes de morir, David dejó todo listo.

»Mira, con mucho esfuerzo he logrado conseguir para el templo del Señor tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata y una incontable cantidad de bronce y de hierro. Además, he conseguido madera y piedra, pero tú debes adquirir más. También cuentas con una buena cantidad de obreros: canteros, albañiles, carpinteros, y expertos en toda clase de trabajos en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡pon manos a la obra, y que el Señor te acompañe!»”

‭‭1 Crónicas‬ ‭22:5, 14-16‬ ‭NVI‬‬

David invirtió en el propósito de su hijo, le preparo utensilios, material y una mano de obra calificada para construir el templo, no dejó eso a la suerte de David, sino por el contrario, comprendió que necesitaría ayuda, comprendió que era inexperto y que necesitaría de su guía y ayuda hasta que llegara el día en el que Salomón estaría solo.  Además de proveer a su hijo, David luchó contra muchos gigantes que se levantaron en contra de Israel. Lo mismo ocurre hoy día en nuestras vidas, constantemente luchamos con gigantes que amenazan con destruir nuestra intimidad con Dios y nuestra familia pero es deber nuestro estar conscientes y vencer estos obstáculos y pruebas para que nuestros hijos no tengan que luchar contra estas cosas.

Existen padres que se desligan de su responsabilidad  a temprana edad y no le permite a sus hijos crecer en un ambiente seguro y estable.   Todo hogar tiene dificultades y problemas pero a medida que como padres resolvemos los problemas domésticos y comencemos a vencer aquellas cosas que nos han atado por años esos problemas y ataduras no se transmitirán a nuestros hijos, lo cual les permitirá crecer con menos restricciones y peso que los retengan. Mientras más firme sea la plataforma que como padres fundemos en nuestro hogar; más firme serán las convicciones de  nuestros hijos y de igual manera, más cantidad de  recursos y herramientas tendrán para crecer y madurar.

Todo lo anterior sólo es posible cuando como padres tomamos consciencia del propósito al cual Dios nos llamó. Sin intimidad con Dios será difícil saber como invertir recursos en el propósito de Dios para nuestros hijos. Separemos un tiempo con nuestro Creador para empezar a tomar consciencia de la importancia que tenemos como padres dentro del hogar. Nuestro rol va  más allá de sólo proveer pan, incluye también comprender que debemos preparar el camino para el desarrollo del propósito de nuestros hijos.

Les bendigo en el nombre de Cristo.

 

Autor: Jonathan Zapata

Lunes 17 de Junio – Dónde Moramos?

“¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso! Sal. 84:1 NVI
Sabemos lo que es la morada?
Es aquella estancia o lugar donde habita una persona.   Hoy día este termino es lo que representa el hogar, ese lugar donde habitamos en familia, allí moramos.    El hogar no siempre tiene una representación física, es decir cuatro paredes, un piso y un techo…, a veces el hogar esta representado por personas que cuando viven juntas brindan a todos los que con ellos conviven ese hogar, sin que necesariamente sea un lugar físico o sin que existan lazos de sangre.
Cuando el salmista cantaba con alegría: Cuan hermosas son tus moradas, se estaba refiriendo a ese primer encuentro que como hijo esta teniendo con su Padre, lo conoce por primera vez y no puede refrenar su alegría de estar cerca de Él, de estar en su morada, porque ha entrado a ella, al aceptar a Dios como salvador y protector de su vida.
La morada va mas allá de un lugar físico, es ese hogar que representa ese sentir de pertenencia a algo y en este caso a DIOS!  Es por eso que quienes moramos en Dios sabemos que aunque nos falte todo, hasta nuestros padres, Dios jamás nos abandonará (Sal. 27:10)  Que maravilla, verdad?
Pregunto entonces: Donde moramos?  Estamos en el lugar adecuado? O estamos forzando la situación por nuestras propias fuerzas para que el lugar que llamamos hogar sea un hogar?  Busquemos primero al Padre, moremos en El, pues donde se encuentre DIOS estará nuestro hogar y luego pongamos nuestros ojos en nuestra familia.  Mientras no busquemos a Dios como lo primero y entendamos que es en El donde debemos morar y que debemos permitir que el Espíritu Santo more en nosotros, nuestro hogar siempre tendrá fragilidad y estará expuesto a todo tipo de ataque por parte del enemigo (Satanás).
Te invito a buscar tu morada!!!
Autora: Aleika De León de Gonzalez

Jueves 13 de Junio – Queremos ver a Jesús

Como padres somos reflejo de Cristo para nuestros hijos, podemos convertirnos en un canal directo que los lleve a escuchar Su Voz o podemos ser un estorbo para que le escuchen.
“Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí.”
‭‭S. Mateo‬ ‭19:13-15‬ ‭RVR1960‬‬
“Y los discípulos los reprendieron…” Para los discípulos de Jesús los niños simplemente le quitarían tiempo valioso para que Jesús se enfocará en hacer lo que ellos consideraban que era importante. Esta actitud es la que tomamos muchas veces con los más pequeños, pensando que el jugar con ellos, divertirnos y compartir a su lado lo único que hace es desenfocarnos de lo importante. Pero me encanta la actitud de Jesús, me fascina leer la parte en donde Él detiene a sus discípulos para dejar que los niños se le acercarán, no importa si su único fin era jugar un rato o simplemente para estar cerca de Jesús contemplando todo lo que Él hacía.  Acaso los más pequeños no tiene derecho de conocerle? Si ellos no se acercaban a Jesús como podrían conocerle?
Cuantas  veces hemos puesto a nuestros hijos a un lado?, pensando que solamente vienen a quitarnos tiempo para que podamos dedicarnos a lo importante,  sin darnos cuenta que lo importante es pasar tiempo con ellos. Como padres tenemos una oportunidad de oro para poder ser un reflejo de Cristo para sus vidas. Hoy veo en cada niño un clamor tan grande y tan fuerte que grita a voces: “Queremos ver a Jesús”, niños que lo único que desean es que sus padres dejen a un lado sus muchas ocupaciones para que tomen tiempo con ellos,  ya sea jugando o solamente para estar a su lado.  Y ese tiempo que demandan no es en vano, sino una oportunidad para que conscientemente podamos impartir en ellos lo que aprendemos de Jesús. Todo niño necesita en casa un padre consciente de que es reflejo de Cristo, más que tenerle muchos juguetes o tenerles en miles actividades, necesitan padres que dejen a un lado sus agendas ocupadas para empezar a darle lugar a la vida espiritual de sus hijos.
La única forma de poder reflejar a  Cristo, es conociéndole, pasando tiempo con Él en intimidad, y que en estos momentos dejemos que Él nos transforme a su imagen. Reflejar a Cristo involucra un proceso de santificación de nuestra alma que comienza con tener la disposición de conocerle y dejar que el Espíritu Santo obre en nosotros. Y de igual forma para que nuestros hijos puedan tener acceso a ese reflejo, nosotros debemos pasar tiempo con ellos de manera consciente y en estos tiempos simplemente enseñarle lo que hemos aprendido en intimidad con Dios. Va con tener una actitud de vaciarnos cada vez que vamos a su presencia para que el nos llene y eso poder depositarlo en nuestros hijos.
Un amigo me dijo hace unos días que lo que Dios nos compartía en el lugar secreto no es solo para ti, sino para otros. Si no eres Padre de familia esto no te exime de poder ser reflejo de Cristo para que un sobrino o algún niño de tu barriada pueda disfrutar de lo que Cristo depositó en ti. Toma tiempo para compartir con tu Padre Celestial, pero no te quedes con lo que te da, sino toma tiempo para compartirlo con otros, principalmente con los niños que te rodean.
Les bendigo en el nombre de Cristo.
Autor: Jonathan Zapata

Miércoles 12 de Junio – Adoptemos la actitud de Cristo

No existe la familia perfecta, pero fue perfectamente diseñada en el plan de Dios para cada uno.
No hagan nada por egoísmo o vanidad. Más bien, hagan todo con humildad, considerando a los demás como mejores que ustedes mismos. Cada uno debe buscar no sólo su propio bien, sino también el bien de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús. Filipenses 2:3-5 Nueva Biblia Viva (NBV)
Desde que tengo memoria, mi familia es mi lugar seguro.
Es el lugar donde crecemos, reímos, lloramos y aprendemos a amarnos los unos a los otros, poniendo delante las necesidades del otro ante las nuestras. Así como Jesús entregó su vida por nosotros, sin importarle el costo, dio un buen ejemplo a seguir, de ver a los demás como más importantes que a uno mismo.
Este ejemplo de Jesús, lo veo en mi familia a través de mis padres quienes aún en momentos difíciles han puesto primero el bienestar de mi hermana y el mío. Siendo de motivación para adoptar la actitud de Cristo en cada aspecto de nuestras vidas.
¿Cómo puedo adoptar la actitud de Cristo en mi familia?   Entendiendo que no se trata de mí todo el tiempo, que mis padres tiene una función en el hogar, pero que también yo, como hijo tengo una función: escuchar, obedecer, apoyar en el hogar, respetar las decisiones tomadas y ser motivo de orgullo y bendición para mis padres, que proveen lo que necesito considerando más nuestra necesidad que la de ellos.
La familia es un lugar de constante crecimiento entre todos los miembros, cada uno con su función dentro del hogar, así como el cuerpo de Cristo, que tiene muchos miembros, no obstante ser muchos, constituyen a un solo cuerpo, complementándose entre sí y cuidándose unos a otros. (1 Co.12:12-27)
Que nuestra actitud sea como la de Cristo Jesús y con su dirección aprendamos a cuidar, amar, honrar y respetar a cada miembro de nuestra familia, entendiendo que tal vez tendremos diferencias creativas, luchas, dificultades, pero también habrá victorias y momentos de felicidad, y de sentirse orgulloso por lo que alguno miembro alcance.
Autor: Kristhine Fennell

Martes 11 de Junio – Perdón, honra y bendición

Es necesario que en nuestras familias practiquemos el perdón intencional que va acompañado de bendición y honra hacia el ofensor.
“Entonces perdió el control y se echó a llorar. Lloraba con tanta fuerza que los egipcios podían oírlo… 4 «Por favor, acérquense», (y) les dijo: «Soy José, su hermano, a quien ustedes vendieron como esclavo en Egipto. 5   No se inquieten ni se enojen con ustedes mismos. Fue Dios quien me envió a este lugar antes que ustedes, a fin de preservarles la vida” Génesis 45: 2; 4-5.
Las familias son la primera sociedad y ministerio creado por Dios. Como en toda sociedad, existen diferentes personalidades, temperamentos, convicciones, etc. Y, como todo ministerio es retada constantemente a mantener los diseños de Dios en ella. Uno de los mayores retos que enfrentamos como familia, es el perdonar plena e íntegramente, bajo los principios que aprendemos en la palabra de Dios. Particularmente, la historia de José nos muestra algunos principios que cambiaron mi imperfecta forma de perdonar.
José perdonó sin que se lo hayan pedido; y más allá de ello, su perdón estuvo acompañado de honra y bendición. Cuando se reencontró con sus hermanos, José “lloraba fuertemente”, no por recordar la ofensa que le habían causado, sino la oportunidad de reencontrar a su familia; él había entendido que su ofensa fue permitida por Dios porque en el futuro, esa ofensa se convertiría en un hecho importante para su pueblo. Fue por ello que además de perdonarlos, los honró al invitarlos a comer banquete en el palacio y posteriormente les bendijo con la tierra más fructífera para habitar.
José nos hace preguntarnos: ¿Cómo perdonar así a tus hermanos después de que te vendieron, te mandaron a otra tierra, te alejaron de tu familia y te quitaron tu libertad? ¿Cómo perdonar al familiar que te ofendió o te dio la espalda? ¿O al que se quedó con los bienes familiares deliberadamente? ¿Qué hay del que nos humilló? ¿O aquel que nos abandonó?
Hace unos meses el Espíritu Santo me lanzó un reto que no entendí hasta cuando me preparaba para compartir este devocional. Después de 20 años sin tener pista alguna de mi papá, soy movida a buscarlo en amor para simplemente decirle “no lo odio, no le tengo rencor, quiero que tenga paz”. Hasta ese momento, yo estaba convencida de que ya había perdonado su ausencia y su abandono y había logrado entender por qué fue necesaria su ausencia, pero aún hacía falta la cereza del pastel: honrar y bendecir.
Así, muchos cargamos con perdones inconclusos u ofensas aún guardadas en nuestro corazón. Necesitamos escudriñar en lo más profundo del corazón aquel perdón dado por compromiso; o aquel que dimos, pero no logramos olvidar la ofensa. Te invito reflexionar en aquello que creías resuelto, pero acabas de descubrir que le falta honra y bendición.
Seamos hijos que practican los diseños de Dios íntegra y plenamente, seamos hijos que a través del perdón intencional muestran el carácter de Cristo formándose en nosotros.
Autora: Keila Alabarca.

Lunes 10 de Junio – Mi lugar de bendición

“Tener una familia es una bendición. Conservar una familia unida es una gran satisfacción”
“Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.”
‭‭Génesis‬ ‭45:4-5‬ ‭RVR1960‬‬
Les invito a leer  Gen. 45: 1-28
La familia se define por un grupo de personas formado por una pareja (normalmente unida por lazos legales o religiosos). Conviven y tienen un proyecto de vida en común. Podemos decir entonces, que existen dos tipos de familia: la natural-legal (de sangre), y la espiritual (familia de la fe), que son parte del cuerpo de Cristo, la cual es su iglesia.
La Biblia nos presenta muchos ejemplos de héroes de la fe, que convivieron en familia y supieron dejar a sus generaciones un legado de fe, amor, respeto, unidad, convivencia y comunión etc. Ejemplo de ello, podemos mencionar algunos: Abraham, Noé, Jacob, José etc. En Genesis 45 apreciamos el encuentro de José con su familia, después de haber sido vendido por sus hermanos, Dios lo honró y le dio cumplimiento a su sueño, posicionándolo como asesor de Faraón, administrador y gobernador de todo Egipto. Y el propósito de Dios era darle su favor para que él mostrase favor y misericordia a su familia.
¿Cómo puede crecer una familia?
  • La familia aprende a crecer bajo la Paternidad sólida. José tenía un padre de familia que lo amaba, le dio un sentido de pertenencia, identidad, un nombre, linaje, un patrimonio y una cobertura sacerdotal. Dios quiere levantar el sacerdocio en casa, la sociedad ha destruido este papel del padre y ha implantado el matriarcado, Dios quiere levantar el sacerdocio en su iglesia, “Porque cuando el sacerdocio ejerce su papel correctamente todas las cosas se alinean”.
  • El otro aspecto se enfoca en la Preservación.  En estos últimos tiempos, la familia ha sido atacada como nunca, la finalidad de satanás, es destruirla, Dios hace un llamado a su iglesia a pelear por y a favor de la familia (Neh 4:14). José enfatizó a sus hermanos que no tuvieran temor porque Dios lo levantó para “Preservación de vidas”, es decir brindar protección, cuidado, conservar, a la familia de todo mal, para que no sufra daño.
 José supo que esto implicaba mucho más que salvar a su familia, sus hijos, su padre y hermanos debía darles una Provisión, traer sustento, proveerles recursos en todas las áreas tanto física, emocional, material y espiritualmente, bendijo a su familia, honró a su padre dándole lo mejor, tuvo cuidado de ellos.  Gosén representa una tierra fértil y productiva. Y por último la familia siempre tendrá solidez y fundamento cuando crece en la base del Perdón. Esto trae sanidad integral, restauración, amor, unidad, bendición y prosperidad en la familia. José perdonó, liberó, restauró y bendijo a cada uno de sus hermanos.
Dios quiere vendar las heridas de tu corazón, darte sanidad interior y esto se experimenta cuando liberes perdón, no es una opción, es una decisión y es un proceso que trae paz a tu corazón.
Rev. Leticia Jardine de Mela

Jueves 6 de Junio – Un lugar para crecer

La familia es la institución más importante sobre la tierra y Dios le ha otorgado la facultad para crecer.
“»Yo confirmaré mi pacto contigo y con tus descendientes después de ti, de generación en generación. Este es el pacto eterno: yo siempre seré tu Dios y el Dios de todos tus descendientes, y les daré a ti y a tus descendientes toda la tierra de Canaán, donde ahora vives como extranjero. Será posesión de ellos para siempre, y yo seré su Dios».”
‭‭Génesis‬ ‭17:7-8‬ ‭NTV‬‬
En la Biblia, Dios el autor de la humanidad, instituye la familia al crear a la mujer como ayuda idónea para el hombre, dándoles  la promesa de que se multiplicarían sobre la tierra. Desde el comienzo de la humanidad, Dios dejó claro que Él quería que el hombre y la mujer se uniesen para formar una familia. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra…” ‭‭Génesis‬ ‭1:27-28‬ ‭RVR1960‬‬. En el texto bíblico con el que iniciamos encontramos a Abraham recibiendo de Dios la promesa de multiplicar su familia.
La familia es un diseño del cielo que Dios nos dio para crecer.  Para que la familia pueda crecer es necesario:
  1. Una base correcta.  Esta base de apoyarse en la palabra de Dios desde su inicio.
    • Debe abundar el amor a la palabra de Dios
    • Educar a los niños con la palabra  de Dios, este es el consejo de Pablo a Timoteo.  2Tim 3:15.
  2. Estabilidad emocional. Esta base emocional se basa.
    • En el amor que profesan los padres. Papa y Mama.
    • El amor a los hijos  y los hijos a los padres.
Dr. Armand Nicolai de la Escuela de Medicina de Harvard dice: El incremento de madres solteras que trabajan fuera de casa, el cambio constante de lugar de residencia, el dominio de la televisión en la casa, la ausencia de control de la sociedad, la confusión moral de la sociedad, la falta de comunicación en la familia, y el divorcio; están haciendo familias incapacitadas, desintegradas, con enfermedades emocionales. Josue Martinez dice: La familia es una institución de Dios para alcanzar la plenitud de las personas y criar a los hijos saludablemente; es donde podemos tener intimidad, gozo, amor, confianza, seguridad; donde aprendemos a socializar, y construimos nuestros valores morales.
Siendo la familia la primera institución formada  por Dios, nuestro enemigo(Satanás) de trata a través de diversas formas. En nuestros tiempos, a través de leyes que  permiten que personas del mismo sexo se unan y así destruir la familia como la base del crecimiento. Debo concluir diciendo que la única manera en la cual podemos tener una familia en pleno crecimiento es que decidamos hacer nuestra la frase expresada por Josué: “Yo y mi casa serviremos a Jehová”  Josué 24:15.
Has tu decisión hoy y entrega tu vida a Cristo y pídele por la de tu familia.
Autor: Rev. Delano Fennell

Miércoles 5 de Junio – Un lugar seguro

La familia es ese lugar seguro en el que todos debemos querer estar y regresar.
“Que maravilloso y agradable es cuando los hermanos conviven en armonía!” Salmos 133:1
La familia fue la primera institución creada por Dios (Gen. 2: 18; 22-24) y a pesar de que es constantemente atacada por el demonio,  se ha mantenido siglo tras siglo, pues Dios tiene un propósito firme a través de la misma.
Es en el seno familiar donde nacemos y vamos creciendo con el apoyo de los demás integrantes de la familia (padres, hermanos, abuelos, tíos, primos) y sin el apoyo de éstos, cuando somos bebes, no podríamos subsistir, pues necesitamos de esas primeras caricias y enseñanzas que vienen de nuestros padres y familiares cercanos para nutrirnos como humanos e ir creciendo con bases fuertes.
La familia brinda apoyo emocional, espiritual y material, otorgando un lugar seguro para todos en esos primeros años de vida.  Es en la familia donde damos los primeros pasos y donde se cimientan las bases solidas de nuestro crecimiento.  Es por ello que esta institución siempre es atacada, pues al destruir a la familia nuestro enemigo  se asegura que esos hombres y mujeres carezcan del amor, apoyo y sustento de Dios que ésta provee.  Por eso estamos llamados a fortalecer a la familia y los lazos familiares que la unen, no podemos permitir que la misma desaparezca.
Para fortalecer a la familia debemos cultivar en ella la confianza, el cariño, la unidad, la seguridad y el amor a Dios, para que todos sus miembros sientan que conviven en completa armonía dentro de ella y quieran permanecer atados o unidos a esa familia.  De esta manera cuando deban dejar su familia y formar la propia, reproduzcan de forma saludable el modelo familiar que tuvieron e igualmente sientan el deseo de regresar a su familia.   Así vamos cultivando ese propósito de Dios, multiplicándonos no solamente como especie sino también como cristianos, como hijos de Dios.
Estamos llamados a crear ese lugar seguro llamado Familia!!!
Invitemos a Dios a formar parte de nuestra familia, a que more en ella, que sea el centro para que toda aspereza, malos tratos, desobediencia, discordia, falta de armonía, pelea, desaparezca y en su lugar reine el amor tal como dice I Cor. 13:13.  Que no pase ni un solo día sin que oremos por nuestra familia, sin pelear esa batalla en la cual de rodillas entregamos nuestra familia a Dios y expulsamos toda maldad de la misma.
Autora: Aleika De León de González