Martes 11 de Junio – Perdón, honra y bendición

Es necesario que en nuestras familias practiquemos el perdón intencional que va acompañado de bendición y honra hacia el ofensor.
“Entonces perdió el control y se echó a llorar. Lloraba con tanta fuerza que los egipcios podían oírlo… 4 «Por favor, acérquense», (y) les dijo: «Soy José, su hermano, a quien ustedes vendieron como esclavo en Egipto. 5   No se inquieten ni se enojen con ustedes mismos. Fue Dios quien me envió a este lugar antes que ustedes, a fin de preservarles la vida” Génesis 45: 2; 4-5.
Las familias son la primera sociedad y ministerio creado por Dios. Como en toda sociedad, existen diferentes personalidades, temperamentos, convicciones, etc. Y, como todo ministerio es retada constantemente a mantener los diseños de Dios en ella. Uno de los mayores retos que enfrentamos como familia, es el perdonar plena e íntegramente, bajo los principios que aprendemos en la palabra de Dios. Particularmente, la historia de José nos muestra algunos principios que cambiaron mi imperfecta forma de perdonar.
José perdonó sin que se lo hayan pedido; y más allá de ello, su perdón estuvo acompañado de honra y bendición. Cuando se reencontró con sus hermanos, José “lloraba fuertemente”, no por recordar la ofensa que le habían causado, sino la oportunidad de reencontrar a su familia; él había entendido que su ofensa fue permitida por Dios porque en el futuro, esa ofensa se convertiría en un hecho importante para su pueblo. Fue por ello que además de perdonarlos, los honró al invitarlos a comer banquete en el palacio y posteriormente les bendijo con la tierra más fructífera para habitar.
José nos hace preguntarnos: ¿Cómo perdonar así a tus hermanos después de que te vendieron, te mandaron a otra tierra, te alejaron de tu familia y te quitaron tu libertad? ¿Cómo perdonar al familiar que te ofendió o te dio la espalda? ¿O al que se quedó con los bienes familiares deliberadamente? ¿Qué hay del que nos humilló? ¿O aquel que nos abandonó?
Hace unos meses el Espíritu Santo me lanzó un reto que no entendí hasta cuando me preparaba para compartir este devocional. Después de 20 años sin tener pista alguna de mi papá, soy movida a buscarlo en amor para simplemente decirle “no lo odio, no le tengo rencor, quiero que tenga paz”. Hasta ese momento, yo estaba convencida de que ya había perdonado su ausencia y su abandono y había logrado entender por qué fue necesaria su ausencia, pero aún hacía falta la cereza del pastel: honrar y bendecir.
Así, muchos cargamos con perdones inconclusos u ofensas aún guardadas en nuestro corazón. Necesitamos escudriñar en lo más profundo del corazón aquel perdón dado por compromiso; o aquel que dimos, pero no logramos olvidar la ofensa. Te invito reflexionar en aquello que creías resuelto, pero acabas de descubrir que le falta honra y bendición.
Seamos hijos que practican los diseños de Dios íntegra y plenamente, seamos hijos que a través del perdón intencional muestran el carácter de Cristo formándose en nosotros.
Autora: Keila Alabarca.

Lunes 10 de Junio – Mi lugar de bendición

“Tener una familia es una bendición. Conservar una familia unida es una gran satisfacción”
“Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.”
‭‭Génesis‬ ‭45:4-5‬ ‭RVR1960‬‬
Les invito a leer  Gen. 45: 1-28
La familia se define por un grupo de personas formado por una pareja (normalmente unida por lazos legales o religiosos). Conviven y tienen un proyecto de vida en común. Podemos decir entonces, que existen dos tipos de familia: la natural-legal (de sangre), y la espiritual (familia de la fe), que son parte del cuerpo de Cristo, la cual es su iglesia.
La Biblia nos presenta muchos ejemplos de héroes de la fe, que convivieron en familia y supieron dejar a sus generaciones un legado de fe, amor, respeto, unidad, convivencia y comunión etc. Ejemplo de ello, podemos mencionar algunos: Abraham, Noé, Jacob, José etc. En Genesis 45 apreciamos el encuentro de José con su familia, después de haber sido vendido por sus hermanos, Dios lo honró y le dio cumplimiento a su sueño, posicionándolo como asesor de Faraón, administrador y gobernador de todo Egipto. Y el propósito de Dios era darle su favor para que él mostrase favor y misericordia a su familia.
¿Cómo puede crecer una familia?
  • La familia aprende a crecer bajo la Paternidad sólida. José tenía un padre de familia que lo amaba, le dio un sentido de pertenencia, identidad, un nombre, linaje, un patrimonio y una cobertura sacerdotal. Dios quiere levantar el sacerdocio en casa, la sociedad ha destruido este papel del padre y ha implantado el matriarcado, Dios quiere levantar el sacerdocio en su iglesia, “Porque cuando el sacerdocio ejerce su papel correctamente todas las cosas se alinean”.
  • El otro aspecto se enfoca en la Preservación.  En estos últimos tiempos, la familia ha sido atacada como nunca, la finalidad de satanás, es destruirla, Dios hace un llamado a su iglesia a pelear por y a favor de la familia (Neh 4:14). José enfatizó a sus hermanos que no tuvieran temor porque Dios lo levantó para “Preservación de vidas”, es decir brindar protección, cuidado, conservar, a la familia de todo mal, para que no sufra daño.
 José supo que esto implicaba mucho más que salvar a su familia, sus hijos, su padre y hermanos debía darles una Provisión, traer sustento, proveerles recursos en todas las áreas tanto física, emocional, material y espiritualmente, bendijo a su familia, honró a su padre dándole lo mejor, tuvo cuidado de ellos.  Gosén representa una tierra fértil y productiva. Y por último la familia siempre tendrá solidez y fundamento cuando crece en la base del Perdón. Esto trae sanidad integral, restauración, amor, unidad, bendición y prosperidad en la familia. José perdonó, liberó, restauró y bendijo a cada uno de sus hermanos.
Dios quiere vendar las heridas de tu corazón, darte sanidad interior y esto se experimenta cuando liberes perdón, no es una opción, es una decisión y es un proceso que trae paz a tu corazón.
Rev. Leticia Jardine de Mela

Por amor a ti

Dentro de la historia de los reyes, también llamados líderes del pueblo de Israel, hubo varios que desobedecieron y fueron idolatras, no siguieron los pasos de David a quien Dios bendijo y le dijo que bendeciría a sus generaciones. Pero, ¿qué sucede cuando tu generación no hace lo correcto delante de los ojos de Dios?

Tenemos varios ejemplo, entre ellos Manases, Ezequías, Amón, también a Josías. Analizando más la historia de estos líderes que reinaron, podemos ver que la mayoría, excepto Josías, no hicieron lo correcto y Dios tuvo misericordia de ellos por amor a David. Perdonó a Ezequías porque se arrepintió y humilló, pero la promesa que Dios hizo fue cumplida a pesar de los pecados y desobediencia de estas generaciones. 2 Crónicas 33; 34 (RVR-1960)

Tal vez te encuentras en esa situación, tienes algún ser querido que está alejado de Dios, aún no lo conoce o se apartó del camino correcto, pero no debes perder la esperanza o creer que por el hecho de que en este momento esa persona está sumergida en el pecado ya no hay salvación o salida, Dios te hace la misma promesa que le hizo a David. Hoy te dice: “Reconozcan, pues, que el Señor su Dios es el Dios verdadero, que cumple fielmente su alianza generación tras generación, para con los que le aman y cumplen sus mandamientos” Deuteronomio 7:9 (RVR-1960)

Aprópiate de la promesa que Dios te da, créele y verás que Él tendrá misericordia de tus generaciones, pues son benditas y las ama por amor a ti y tu fidelidad.

No importa hijo de quién seas o quiénes sean tus hijos ni en qué estado se encuentren, lo importante es quien es tu Dios y a quién le vas a creer a pesar de todo.

Tus generaciones serán buenas, pero depende de que tú tengas fe y no olvides jamás la promesas que Dios renueva cada día.

Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.