Miércoles 24 de Abril – Reconocer su cuidado

“Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. Por eso mi corazón se alegra, y se regocijan mis entrañas; todo mi ser se llena de confianza. No dejarás que mi vida termine en el sepulcro; no permitirás que sufra corrupción tu siervo fiel. Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha.”
‭‭Salmo‬ ‭16:8-11‬ ‭NVI‬‬
Este pasaje fue escrito por David y es un poema que muestra la confianza que el tenía en Dios. David fue un hombre que aprendió a reconocer a Dios en todos sus caminos, fue un hombre que atravesó circunstancias muy adversas pero que en medio de cada una de ellas pudo ver que Dios estaba a su lado cuidando de Él.
Recuerdo un pasaje en la biblia que nos habla de ese cuidado que tuvo con la vida de David, cuando el estaba huyendo de Saúl, se refugio con una compañía de profetas y Saul envío a muchos soldados a matarlos, pero cada vez que un grupo llegaba estos eran tomados por el Espíritu Santo y no podían tocarlo, tanto fue el enojo de Saúl que el mismo se apersono al sitio y quedó igual que sus soldados.
“Entonces Saúl salió a buscarlos allá. El Espíritu de Dios también vino sobre Saúl y empezó a profetizar por todo el camino hacia los campamentos. Luego se quitó la ropa y, desnudo y en el suelo, estuvo profetizando en presencia de Samuel. Por eso la gente dice: «¿Acaso Saúl también es uno de los profetas?»”
‭‭1 Samuel‬ ‭19:23-24‬ ‭PDT‬‬
David pudo ver qué Dios iba a su lado, cuidándole en medio de cada adversidad, nunca estuvo solo, siempre tuvo su cuidado. El estar consiente de que Dios va a nuestro lado nos da seguridad y es la seguridad que declara David en el pasaje inicial. El sabía que Dios estaba a su lado, por las muchas veces que pasó dificultad y vio la mano poderosa de Dios librando de sus enemigos.
Nuestra confianza viene por estar expuestos a la presencia de Dios, tomando conciencia de que Él va a nuestro lado. Tengo un hijo de dos años y últimamente está teniendo temor a las sombras y la oscuridad. Cada vez que entra en estos períodos busca desesperadamente de los brazos de mamá y papá, y cuando está con nosotros se siente seguro, ya el temor se va. El reconoce que si está cerca de nosotros aquello a lo que teme no podrá hacerle daño. De la misma forma nosotros sólo sentimos confianza, cuando tomamos conciencia de que Dios va a nuestro lado.
En ocasiones el enemigo querrá acorralarte y hacerte pensar que estás solo, pero recuerda esos momentos en donde tu Padre Celestial ya te libro, pregúntale al Espíritu Santo que te traiga a memoria aquellas ocasiones en donde pensaste que todo estaba acabado y viste cómo su mano poderosa iba delante de ti. Dios siempre ha estado a nuestro lado, solo nos toca tomar conciencia de que no estamos solos y que tenemos un Padre que pelea por nosotros cuando nuestras fuerzas ya no dan más.
Si tienes algún testimonio de fe sobre cómo Dios te libro de las adversidades, compártelo con nosotros, el ver cómo Dios libra a nuestros hermanos, nos llena de fe y nos recuerda que el nunca a dejado de pelear por nosotros.
Autor: Jonathan Zapata

Martes 23 de Abril – Los procesos

Cuantos hemos descuidado algo que se nos encomendó? Un trabajo, una amistad, un regalo o quizás a tu familia?  En la mayoría de los casos en donde descuidamos lo que se nos encomendó es por falta de conocimiento del valor de aquello que se nos encomendó. Si le das a niño de 4 años un billete de 100 dólares quizás ni sepa para que sirve, fácilmente lo perderá. De la misma forma nos puede pasar con las cosas que Dios pone en nuestras manos y no tenemos idea del valor que tienen por ello terminar perdiéndolo. En  lo personal he descuidado muchas cosas en mi vida al punto de casi perderlas, pero en el momento justo la misericordia de Dios actuó a mi favor. Solo a través de los procesos he aprendido a valorar lo que se me encomendó. Así como me pasó a mi también le pasó al pueblo de Israel.
“El pueblo y los levitas tienen que trasladar estas ofrendas de grano, de vino nuevo y de aceite de oliva a los depósitos y colocarlas en recipientes sagrados cerca de los sacerdotes de turno, los porteros y los cantores. »Todos nos comprometemos a no descuidar el templo de nuestro Dios».”
‭‭Nehemías‬ ‭10:39‬ ‭NTV‬‬
Para dar un poco de contexto al pasaje anterior,  podemos mencionar que El pueblo se encontraba en cautiverio y el templo de Dios había sido destruido por sus enemigos. Pero llega un Rey que les permite ir a restaurar el templo  y luego  de restaurar el templo hacen un compromiso con Dios. Compromiso de no descuidar lo que se había restaurado. Este compromiso nace del proceso que atravesaron para poder construir el templo.  Ese proceso de restauración les permitió tener un mayor entendimiento del compromiso que deben tener con el templo del señor. Al punto que  eligieron a lo mejor del pueblo para que habitase en medio del templo y así sirvieran con excelencia a Dios.
“Fueron cuatrocientos sesenta y ocho descendientes de Fares los que se establecieron en Jerusalén, todos ellos hombres excepcionales y ciento veintiocho de sus excepcionales colaboradores. El funcionario principal de ellos era Zabdiel, hijo de Gedolim.”
‭‭Nehemías‬ ‭11:6, 14‬ ‭NTV‬‬
Lo mismo ocurre en nuestra vida con los procesos, estos nos hacen valorar lo que hemos conquistado, el pueblo de Israel reconstruyo con sus propias manos la cuidad y el templo, y esto les permitió reconocer el valor de lo que tenían. Solo a través de procesos es que logramos valorar lo que se nos encomendó.
¿Estás pasando alguna crisis o circunstancia difícil? Si es así, pídele al Espíritu Santo que te guíe durante este periodo,  no será fácil, ninguna prueba es fácil. Pregúntale que debes hacer durante esta época?  El está  esperando para escucharte.
“Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables.”
‭‭1 Pedro‬ ‭5:10‬ ‭NVI‬‬
Recuerda JESÚS espera por ti cada mañana.
Autor: Jonathan Zapata

Lunes 22 de Abril – Dios nunca pierde el control

“«Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia: »El Señor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá. Por tanto, cualquiera que pertenezca a Judá, vaya a Jerusalén a construir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén; y que Dios lo acompañe. También ordeno que los habitantes de cada lugar donde haya judíos sobrevivientes los ayuden dándoles plata y oro, bienes y ganado, y ofrendas voluntarias para el templo de Dios en Jerusalén».”
‭‭Esdras‬ ‭1:2-4‬ ‭NVI‬‬
Todos en algún momento han pasado por circunstancias adversas y lo difícil no es pasar por ellas, creo que lo más difícil es reconocer nuestra posición de debilidad y dependencia de Dios para poder pasar por las circunstancias adversas. Lo primero que hacemos cuando pasamos por dificultades es mediar con nuestras fuerzas para lograr salir de ese lugar, nadie quiere pasar por adversidades y lo primero que buscamos es una salida rápida con nuestra fuerzas, es algo que aflora naturalmente en todos.
Cuan difícil es darle el control a otros ante situaciones de adversidad, en lo personal a mi me cuesta mucho depender de otros. Siempre trato de resolver todo a mi manera y busco mil formas de atacar la adversidad o de salir de ellas. Pero qué pasa cuando ya se acaban las fuerzas, cuando todo parece imposible? Es allí donde dejo de pelear, es allí donde levanto mi mirada y busco la  ayúdame Dios.  Creo que no soy el único en la tierra que hace esto. Dios me ha confrontado mucho últimamente con esta forma de vida. Y el pasaje con el que iniciamos me ha confrontado muchísimo, porque alguien que en teoría no debía darle honor a Dios, ni siquiera debería reconocerle, le reconoce como único Dios.  Un rey de un pueblo que tenía muchos dioses, es quien libera el pueblo de Israel y no solo lo libera, le da instrucciones claras de parte de Dios para reconstruir su templo. Cuando todo estaba perdido para el Pueblo de Israel, Dios permite que pase esto que parece ser imposible. Y allí Dios me confronto y me hizo una pregunta ¿Cuando crees que perdí el control? Acaso pensabas que yo no tengo todo bajo control? Y es allí donde debemos evaluar nuestra actitud ante los problemas, recuerdo un pasaje bíblico que hemos leído muchas veces,
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”
‭‭S.Juan‬ ‭16:33‬ ‭RVR1960‬‬
Jesús nunca dijo  que iba a ser fácil pasar por adversidades, pero si nos dio una seguridad de que estás no van a acabarnos y que si parece imposible ya Dios tiene una salida. Si tiene que enviar a nuestro propio enemigo para librarnos, lo va a hacer. Dios nunca pierde el control.  Pon tu mirada desde el inicio de cualquier adversidad en Él y esto no quiere decir que vamos a quedarnos esperando que todo caiga del cielo, no para nada, esto tiene que ver con reconocer su autoridad y comenzar a caminar siguiendo su autoridad, cambiando lo que tengamos que cambiar para poder estar bajo su obediencia.
La mejor actitud que podemos tomar cuando pasamos por adversidad es reconocer nuestra posición de debilidad y volver a confiar que Él ya venció y tiene todo bajo control.
No dudes de las promesas que te dio, la adversidad que pasas hoy es temporal, pero el gozo que el ha prometido es eterno!
“De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.”
‭‭S.Juan‬ ‭16:20‬ ‭RVR1960‬‬
Autor: Jonathan Zapata dios

Viernes 19 Abril – Un lugar de seguridad y esperanza eterna

“Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.”
‭‭Salmos‬ ‭91:2‬ ‭RVR1960‬‬
Toda persona  necesita  estar segura de su bienestar y seguridad. Por ejemplo, no nos gusta preocuparnos de ladrones en nuestro hogar o que no tengamos una casa donde estar seguros. Las personas valoramos la buena salud, así como la seguridad personal, física y financiera.
En el pasaje con el que iniciamos, el salmista nos da una profunda visión acerca de la seguridad.
En primer lugar, nos  habla un lugar  seguro.
En la antigüedad, los pueblos y ciudadanos sentían seguridad por el lugar donde habitaban.  Muchos reinos e imperios aseguraban sus ciudades levantando muros; recordemos el ejemplo de Jericó y en un lugar más conocido hoy en día, la gran muralla China, pueblos e imperios seguros en su propia fuerza.
El salmista nos muestra que el lugar de seguridad es el Altísimo, poner nuestra confianza y seguridad en Dios es garantía que Él estará con y para nosotros, en aquellas necesidades profundas que tú y yo experimentamos y en qué ocasiones sufrimos en silencio.
Poner nuestra confianza en Dios trae a nuestra vida paz, porque sabemos que en aquello que no podemos, nuestro Omnipotente Señor puede.  Él es nuestro castillo.  Todo castillo se constituye en lugar de honra y lugar de honor.
Estar bajo la cobertura de Dios, nos eleva a un lugar de honra.  La palabra del Señor dice: “El Señor honra a los que le honra”.
En segundo lugar, nos dice  en Dios hay esperanza.
Jesús nos ama y vino a este mundo con un propósito que trasciende los tiempos. Un día como hoy, hace dos mil años, entregó su vida por ti y por mi, se dio a la muerte para darnos seguridad eterna.
Murió y resucitó tres días después. Su resurrección es la más poderosa demostración de seguridad, Jesus dijo: si yo vivo ustedes también vivirán. Esta es nuestra esperanza, su cruz nos regalo una salvación que nos posiciona en un lugar de seguridad eterna.
Deseas vivir esta seguridad que Jesús nos ofreció en la cruz, acéptalo hoy como tú Señor y tú Salvador, recibe el regalo de vida eterna y di con todo tu corazón como dijo el salmista
“Salvación mía y castillo mío,
Mi Dios en quien confiaré.”
Autor: Rafael Chavarria

Jueves 18 de abril – No son mis fuerzas

“Entonces respondió y me habló diciendo: Ésta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
‭‭Zacarías‬ ‭4:6‬ ‭
Los hombres tendemos a creer que es por nuestras propias fuerzas que podemos salir adelante de alguna situación adversa de nuestra vida.  Que soberbios somos!
Y ese constante luchar solos, sin querer abandonarnos al cuidado y protección de Dios en muchas ocasiones genera más contratiempos y afectaciones a nuestra salud, tanto mental, física como espiritual.
Cuando queremos vencer al mundo y salir victoriosos por nuestros propios medios, en la gran mayoría de las ocasiones, terminamos tristes y con un sentimiento de soledad infinito, pues aunque logremos la meta deseada seguimos sintiendo un vacío en nuestro corazón.
Ese vacío solo lo llena el amor de Dios y solamente cuando aceptamos  que no son con nuestras fuerzas que podemos vencer las pruebas y adversidades, sino con las de Dios, es que llenamos ese vacío. Y esto es así porque entramos bajo la protección de Dios y permitimos que sea Él quien nos cuide.
Abandonarnos a aceptar que sin Dios nada somos y nada podemos, no es un acto de cobardía ni mucho menos, por el contrario es la mayor aceptación de que somos amados.
Oremos: Señor, Padre mío, soy tu hijo, y me abandono a tu amor, se muy bien que no son mis fuerzas las que me guían y me enseñan el camino, eres Tú quien siempre está conmigo. Permíteme reconocer que sin ti no puedo, dame claridad de mente para ver la salida de esta situación que me acongoja y poder glorificar tu nombre.
Autora: Aleika De León de González

Miércoles 17 de abril – Tu eterno consuelo

“Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad y, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.”
‭‭Lucas‬ ‭7:11-17‬ ‭RVR1960‬
El pasaje anterior es conocido por todos: Jesús hizo otro milagro, resucitó al único hijo de una viuda de pueblo de Naín.  Pero lo relatado en estos versículos no sólo nos hablan de un milagro, nos hablan del desconsuelo que sentimos frente a la pérdida y del amor que fluye de Dios hacia nosotros en nuestros momentos de tristeza y aflicción.
Cuando más abatido está nuestro corazón más consuelo encontramos en Dios. Parece contradictorio, pero es la realidad.
Cuantas veces mientras clamamos -en medio de una prueba- escuchamos esas mismas palabras que nos dicen:  “No llores”.  Es en esos momentos en que a pesar de estar sumidos en una gran tristeza de repente sentimos paz. Esa Paz que viene del consuelo que nos da nuestro Padre quien nos ve llorar y por ello acude a nosotros, a lo mejor la respuesta no viene de inmediato o no es la que nosotros queremos, pero Dios acude a nosotros y nos brinda consuelo, nos da su eterno consuelo.
Permanecer con El, escuchando su voz, estando en intimidad con Dios Padre, desarrolla en nosotros fortaleza espiritual, pues somos conscientes de su cobertura y de su consuelo. Sabemos a quien debemos acudir y cómo actuar o caminar en todo momento para que su protección no se aparte de nosotros.  Ese consuelo que recibimos de Dios y que Jesús evidenció cada día, es parte del regalo que acompaña nuestra salvación.
No permitamos que voces ajenas a nuestra relación con Dios nos hagan dudar de que Dios está allí para cuidar de nosotros y darnos consuelo cuando lo necesitemos. Seamos como la viuda de Naín que dejo de llorar y recibió de Jesús consuelo y a su hijo con vida.
 Autora: Aleika De León de González

Martes 16 de abril – La cobertura Divina

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.
Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.” Salmo 27: 1-6
David tenía plena certeza de que Dios lo cubría y protegía.  Así mismo debemos ser nosotros.  En el devocional de ayer veíamos la hermosura de vivir bajo las alas de Dios y como debemos buscarlo constantemente no solo en momentos de aflicción y prueba, pues de esta manera garantizamos estar revestidos de un escudo protector poderoso.  Ese escudo es la cobertura divina de Dios.
Tengamos certeza, así como dice el salmista, que: “aunque un ejercito acampe contra mi, no temerá mi corazón; aunque contra mi se levante guerra, yo estaré confiado…”   Esta confianza proviene de sentir sobre mi vida la cobertura de Dios.
El pueblo de Israel palpo de primera mano la cobertura de Dios, fueron muchísimas las batallas en las cuales Dios fue delante de ellos (Josue 10:8; 2Cro 20:15-17) y así mismo lo vivieron los primeros apóstoles ( Hechos 4:1-22; Hechos 16: 19-31) y en la actualidad ocurre lo mismo con nosotros.  Dios va delante brindando su cobertura.
Hace un año, inicio para mi una prueba, a través de la cual mis fuerzas y mi fe fueron probadas.  Y a pesar de que muchas veces caí de rodillas y las lágrimas no dejaban de brotar, mi corazón tenía la certeza de que Dios estaba conmigo y que no importaba como iba a finalizar la prueba, todo el camino recorrido iba a valer la pena porque Dios lo recorría conmigo y me cuidaba, esa certeza de su cobertura Divina me hacía sonreír todos los días aunque a mi alrededor se libraba una batalla que afectaba muchos aspectos de mi vida.  Pocas personas supieron lo que pasaba, pero eso no era lo importante, lo realmente importante fue lo que paso al final, cuando puedo decir a viva voz: “Mi Dios nunca me dejo, siempre cuido de mi, nunca me dejo desprotegida.”
Anhelemos la cobertura de Dios, que nuestras oraciones diarias estén llenas de este clamor, no permitamos que ninguna aflicción -por dura que sea- nos haga dudar de que El está con nosotros para protegernos.
Autora: Aleika De León de Gonzalez

Lunes 15 de abril – Bajo sus alas

“Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.” Salmo 91:4
La gran mayoría de las veces que acudimos a Dios es para clamar por su pronto auxilio, pues tenemos problemas económicos, de salud o familiares, con los cuales no podemos cargar pues nuestras fuerzas se han agotado.  Es en esos momentos en que acudimos a Dios y lo buscamos; y Dios responde!!!
Nuestro Padre no nos desampara porque somos sus hijos.  Pero si en lugar de buscarlo SOLO en momentos de crisis, lo hiciéramos EN TODO MOMENTO y nos cobijáramos bajo sus alas, esa protección de Dios sería permanente y no sentiríamos la falta de su cobertura en medio de la prueba. Tendríamos la certeza de que a pesar de estar afligidos Dios nos protege.
Habitar bajo sus alas nos mantiene cubiertos y protegidos (Sal.  36:7; Sal. 61:4). SIEMPRE contamos con su cobertura, pero somos nosotros los que tenemos que dar el paso hacia Dios, entregando nuestras vidas y decisiones a Él; aceptando que sea Dios quien nos guié de forma ciega.  Es así como podemos sentir y palpar su cobertura y protección.
Cuando somos niños pequeños confiamos ciegamente en nuestros padres y en que ellos nos cuidan y protegen, sin analizar si lo hacen bien o mal, así mismo es con Dios, es Él quien nos protege y cuida, y nosotros debemos dejarlo actuar, pero para ello debemos buscar su presencia constantemente y al hacerlo la protección de Dios se posara sobre nuestras vidas. Al estar bajo las alas de Dios cualquier conflicto o problema tendrá otro matiz y lo veremos con otra óptica. No significa que no tendremos problemas, pero si que podremos buscar en Él cobijo.
La protección de Dios no es un arma que tenemos guardada y que sacamos cuando la necesitamos o un comodín que utilizamos antojadizamente, esa protección divina es un escudo que nos cubre permanentemente, pero que debemos buscar; siendo esa cobertura nuestro anhelo.
Dios nos quiere bajo sus alas, no nos quiere lejos de Él, por el contrario nos quiere pegados a Él.
Cuando oremos a nuestro Padre, pidamos que nos permita mantenernos bajo su protección, que no haya nada ni nadie que nos aleje de Él -ni nosotros mismos-, pues Dios esta aquí para protegerte no lo dudes ni un instante.
Autora: Aleika De León de González

Viernes 12 de abril – Su cuidado

El Salmo 91 es un Salmo lleno de significado. Ya desde el principio vemos que quien se refugia en Dios y hace de Dios su casa, está bajo la protección del Todopoderoso. Contrario a lo que muchos pueden pensar, tener una Biblia abierta en el Salmo 91 no ofrece ninguna protección. Lo único que puede garantizar esa protección es tener una relación personal con Dios, una relación cercana y de confianza.
En el versículo 4 el salmista dice que Dios protegerá a esa persona bajo sus “alas”. Dios mismo, cuando inspiró este Salmo, quiso demostrar todo el amor, toda la ternura y la protección que tienen aquellos que confían en Él. En la misma medida, Dios revela su fuerza: Él es escudo que protege.
Este Salmo está lleno de promesas de bendiciones y de protección para aquel que confía en el Señor. No necesita temer “al terror de la noche”, ni a la enfermedad, ni al peligro. El versículo 10 dice que no le sucederá ningún mal, ni ninguna calamidad llegará a su hogar. Esto no quiere decir que nunca encontrarás dificultades o problemas. Significa que, cuando alguien confía en el Señor, aun las cosas malas le acercan más a Dios. Las calamidades más grandes, y hasta la propia muerte, nos acercan más a la herencia eterna en Cristo Jesús. Todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios.
Dios responde, Dios cuida, Dios bendice aquellos que hacen de Él su escudo. Él hasta envía a sus ángeles para que nos sirvan.
Pero no pienses que al recitar este Salmo o tener una Biblia abierta en esta página habrá algún poder místico que cambiará tu vida. Lo que sí cambiará tu vida para siempre será que habites al abrigo del Señor. Debes hacer tu morada en Dios. Cree en Jesús. El Espíritu Santo habitará en ti y así tú podrás habitar al abrigo del Altísimo. ¡Habitarás en Dios!
Autora: Neyra de Chavarría

Jueves 11 de abril- Dejarnos cubrir

«¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste.» Lucas‬ ‭13:34‬ ‭NTV‬‬
Antes de la muerte y resurrección de Jesús, la comunicación de Dios con Su pueblo se daba a través de profetas y mensajeros. Hoy en día, nuestra comunicación con Èl es mucho más personal – a través de Jesús.
Cuando la voz de Dios es callada, andamos conforme a nuestros propios deseos y pensamientos. Abrimos nuestros propios caminos y así nos alejamos de Su dirección que es donde somos cubiertos por sus alas. Era esto lo que le pasaba a Jerusalén – estaba saboteando su relación y cuidado al apagar la línea de comunicación con Dios.
Parece difícil pensar que exista la posibilidad de negarnos al cuidado de Dios. Pero de hecho lo hacemos inconscientemente al darle gobierno de nuestras vidas a nuestros pensamientos y emociones – lo que termina apartándonos de las alas de cuidado de Dios. Sutilmente somos atrapados por los afanes, las preocupaciones y compromisos y en nuestro intento de “solucionar” cortamos la voz del Padre y tomamos nuestro propio camino.
La oportunidad de dejarnos cubrir sigue abierta. Sus brazos siguen esperándonos. Nuestro Padre no se limita a resolver nuestra situación, Su anhelo es traer bálsamo al alma, curar nuestras heridas y manifestar Su gloria y poder en las situaciones que podamos estar pasando. Abramos primeramente nuestros corazones y dejemos que su voz traiga paz al alma y sus alas cubran nuestras vidas.
Te invito a hablar con el Padre, toma un tiempo para pedirle perdón por apagar Su voz y huir de Su cobertura. Ruega porque tú corazón despierte y reconozca nuevamente Su voz.
Autora: Keila Alabarca