Cuantos hemos descuidado algo que se nos encomendó? Un trabajo, una amistad, un regalo o quizás a tu familia? En la mayoría de los casos en donde descuidamos lo que se nos encomendó es por falta de conocimiento del valor de aquello que se nos encomendó. Si le das a niño de 4 años un billete de 100 dólares quizás ni sepa para que sirve, fácilmente lo perderá. De la misma forma nos puede pasar con las cosas que Dios pone en nuestras manos y no tenemos idea del valor que tienen por ello terminar perdiéndolo. En lo personal he descuidado muchas cosas en mi vida al punto de casi perderlas, pero en el momento justo la misericordia de Dios actuó a mi favor. Solo a través de los procesos he aprendido a valorar lo que se me encomendó. Así como me pasó a mi también le pasó al pueblo de Israel.
“El pueblo y los levitas tienen que trasladar estas ofrendas de grano, de vino nuevo y de aceite de oliva a los depósitos y colocarlas en recipientes sagrados cerca de los sacerdotes de turno, los porteros y los cantores. »Todos nos comprometemos a no descuidar el templo de nuestro Dios».”
Nehemías 10:39 NTV
Para dar un poco de contexto al pasaje anterior, podemos mencionar que El pueblo se encontraba en cautiverio y el templo de Dios había sido destruido por sus enemigos. Pero llega un Rey que les permite ir a restaurar el templo y luego de restaurar el templo hacen un compromiso con Dios. Compromiso de no descuidar lo que se había restaurado. Este compromiso nace del proceso que atravesaron para poder construir el templo. Ese proceso de restauración les permitió tener un mayor entendimiento del compromiso que deben tener con el templo del señor. Al punto que eligieron a lo mejor del pueblo para que habitase en medio del templo y así sirvieran con excelencia a Dios.
“Fueron cuatrocientos sesenta y ocho descendientes de Fares los que se establecieron en Jerusalén, todos ellos hombres excepcionales y ciento veintiocho de sus excepcionales colaboradores. El funcionario principal de ellos era Zabdiel, hijo de Gedolim.”
Nehemías 11:6, 14 NTV
Lo mismo ocurre en nuestra vida con los procesos, estos nos hacen valorar lo que hemos conquistado, el pueblo de Israel reconstruyo con sus propias manos la cuidad y el templo, y esto les permitió reconocer el valor de lo que tenían. Solo a través de procesos es que logramos valorar lo que se nos encomendó.
¿Estás pasando alguna crisis o circunstancia difícil? Si es así, pídele al Espíritu Santo que te guíe durante este periodo, no será fácil, ninguna prueba es fácil. Pregúntale que debes hacer durante esta época? El está esperando para escucharte.
“Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables.”
1 Pedro 5:10 NVI
Recuerda JESÚS espera por ti cada mañana.
Autor: Jonathan Zapata