“Pero David le dijo a Dios: «Hice muy mal al desconfiar de ti y basar mi seguridad en el número de mis soldados. Te ruego que me perdones por haber sido tan tonto».”
1 Crónicas 21:8 TLA
Cuando David derrotó a todos los gigantes y naciones que rodeaban a Israel, decidió hacer un censo para conocer su poder y se olvido por completo que Dios fue quien le dio la victoria, puso su mira en lo externo y por esta razón Dios se enojo contra Él.
En vez de brotar de Él agradecimiento por la victoria que le dio, David puso su confianza en el hombre, y no le rindió honor y gloria a quien merecía. El enojo de Dios era muy grande porque era una declaración de que fue el poder de David y su ejercito lo que les permitió vencer.
Cual será nuestra actitud después de la tormenta? David no tuvo la mejor actitud después de la tormenta, pero llego al arrepentimiento de su falta. Y nosotros que postura tomaremos? Muchos de nosotros después de la tormenta tomamos la misma postura de David. Es fácil estar a los pies de Cristo en periodos de pruebas, clamando por su ayuda, pero una vez se despeja la tormenta, nos olvidamos por completo de Dios. Volvemos a los mismos pecados de siempre, volvemos a cometer los mismos errores. Entonces debemos preguntarnos cuál será nuestra postura después de la tormenta? Te olvidaras de Dios? Seguirás en el mismo camino de pecado? Vivirás bajo tu opinión? Cuál será tu actitud? Será Dios nuestra mayor gloria? Es tal vez esa la razón del porque Dios no permite que finalice tu prueba?
Si nuestra postura fue la de David, pidamos perdón como lo hizo David y comencemos a valorar su presencia en medio de la tormenta y después de la tormenta.
Recuerda JESÚS espera por ti cada mañana!
Autor: Jonathan Zapata