Una de las distracciones más comunes es son la preocupación que puede llegar a nuestra mente, al punto de no dejarnos disfrutar su presencia y de lo que hoy en día tenemos en nuestras manos.
El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que esta no llega a dar fruto. Mateo 13:22
Este pasaje fue una enseñanza dada por Jesús a una multitud junto al lago. Jesús tenia la peculiaridad de enseñar con parábolas y esta enseñanza en particular hablaba sobre un agricultor que sale al campo a sembrar. Hay varios terrenos en el que se detiene a sembrar, pero hay uno en particular que menciona el pasaje anterior: “el terreno que tiene espinos”. Algo que me llama la atención es que el agricultor no evita sembrar en el terreno de espinos, la semilla no es negada a ningún terreno, al contrario todos reciben una semilla. La semilla representaba la palabra de Dios y el terreno de espinos es el corazón del hombre lleno de preocupaciones y engaño. Cuantas veces no hemos venido delante de la presencia de Dios con tantas preocupaciones que no permiten que escuchemos lo que Él tiene para nosotros hoy. Dios nos habla todos los días, pero si venimos delante de su presencia cargados de tantos pensamientos no podremos tener claridad para escucharle. Mayor será nuestra atención a nuestros pensamientos internos que a escuchar su Voz.
La preocupación no es más que ocupar la mente en cosas que aún no han ocurrido, es poner nuestra atención en algo que podría pasar o no. No es algo seguro que va a pasar, entonces ponemos nuestra mente a pensar en eso, sin saber si realmente esto ocurrirá. Y es allí donde quisiera que nos detengamos, la preocupación solo viene para robarnos su palabra, para que no disfrutemos de lo que Él puso en nuestras manos hoy. Esto no quiere decir que no vayamos a pasar dificultades o que no acontecerá la situación que creemos que ocurrirá. Pero que gano en ocupar mi mente en cosas que aun no han llegado, en situaciones que no estoy seguro que ocurran. Como hijos de Dios tenemos acceso a Padre que conoce de antemano lo que nos falta y que nunca dejara de tener cuidado de nosotros, por nuestra parte nos toca ocuparnos de lo que hoy vivimos no de preocuparnos por aquello que aún no ha llegado.
Si hoy tu corazón esta turbado y lleno de preocupaciones acércate a Dios y pídele que te permita ver con claridad aquello que hoy tienes y puedes disfrutar, que sea la mente de Cristo la que te guié a toda verdad y puedas ver con sus ojos aquello que hoy si tienes y puedes disfrutar. Ocupa hoy tu mente en su palabra y disfruta de su presencia, recuerda que Él nunca pierde el control de lo que esta por delante nuestro. Echa tus cargas y preocupaciones en quien siempre sabe lo que es mejor para nosotros.
Autor: Jonathan Zapata