Fuera de la caja

“«Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el SEÑOR —. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos.”
‭‭Isaías‬ ‭55:8-9‬ ‭NTV‬‬
Mi mamá siempre me decía que aprendiera a ver fuera de la caja que no pensara que todo tenía que ser de la misma manera, que en ocasiones teníamos que romper el patrón existente o la estructura a la que estábamos acostumbrados para obtener el producto final. Y la primera vez que me explicó esto me lo ilustro con el siguiente pasaje: “una vez en la cena de navidad una niña vio que el pavo que estaban comiendo no tenia las patas y le pregunto a su mamá porque era eso y su madre le dijo que así le había enseñado su madre y la niña vio a su abuela y le pregunto lo mismo y la abuela contestó que así le había enseñado su mamá y fueron todas donde la bisabuela y está les dijo que recordaba que su horno era pequeño y por eso tenía que cortar las patas del pavo para meterlo en el horno y ese era el verdadero motivo por el cual se cortaban las patas”
Muchas veces repetimos y repetimos lo mismo sin saber porque lo hacemos, sin analizar la situación o sin ver si realmente lo que se está haciendo corresponde a lo que queremos. En Isaías vemos cómo Dios nos dice que sus pensamientos son más altos que los nuestros y es allí donde debemos poner nuestra vara de medida. No sigamos por la superficie, profundicemos.
El llamado principal que Cristo nos hizo fue ir por el mundo y hacer discípulos de todas las naciones (Mt. 28:19-20) pero cumplir esta máxima requiere que salgamos fuera de la caja, pues nuestra realidad no es siempre igual a la realidad de aquel a quien vamos a discipular.  Jesus cuando enseñaba era un maestro con muchos recursos, usaba parábolas, enseñaba con su ejemplo y se atrevía a llegar a los marginados de la sociedad, todo para cumplir su propósito. En esta época las formas y recursos que tenemos para cimentar la palabra De Dios en otros son múltiples. No nos encerremos en lo mismo de siempre ni pensemos que aquello diferente es malo. Cristo fue diferente en su época.
Estamos nosotros dispuestos a romper las estructuras que nos rodean para discipular? Podemos salirnos de la caja?
Autora: Aleika De León de González

No se trata de mí, sino de Él

El fruto existe solo si hubo primeramente una siembra.
«Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer. No importa quién planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla. El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito…» 1 Corintios‬ ‭3:6-8‬ ‭NTV‬‬
Hace unos meses empecé un proceso con el Señor para cambiarme de trabajo. Sentía que ya era momento de avanzar a una nueva etapa profesional, pero tomar la decisión de irme creaba fuertes conflictos en mi, ya que tenía algunos meses de estar brindándole apoyo a un compañero que estaba atravesando procesos personales intensos.
Tenía cierta impotencia porque no me sentía capaz de ayudarle. En mi mente esta era mi prueba de fuego y el no ver frutos para mi era un indicador de que había fracasado en mi intento de hacer discípulos.
Una noche estaba, finalmente, pensando en aceptar una oferta de trabajo, pero mi conflicto interno no me daba paz para tomar la decisión, y llegaron estas palabras a mi corazón: “en ocasiones te toca sembrar, en otras te toca regar y en otra participas de la cosecha, en esta ocasión solo te toco sembrar y ya es tiempo de avanzar”. Estas palabras golpearon mi corazón porque no fue hasta este momento que descubrí que mi frustración no tenía que ver con el problema de mi amigo sino con mi conflicto interno para entender que Discipular no tiene que ver con disfrutar de los  resultados sino con ejecutar tu parte en las las vidas que llegan a tu camino.
Es probable que la frustración por no ver los frutos, nos llenen de temor y nos hagan pensar que no sabemos o no fuimos llamados a discipular. Por eso es importante mantenernos cerca de la voz de Dios, porque es con ella que entendemos que no somos más que instrumentos de Cristo; que hace mucho debimos dejar de ser nosotros para que sea Él quien traiga el fruto en su tiempo.
Tal vez hoy sientes temor por no ves frutos en aquella personas que por años has Discipulado, pero recuerda que nunca habrá un fruto si no hay primero una siembra y un cuidado.
Pidamos al Espíritu Santo que quite de nuestra mente y corazón el miedo al fracaso en el discipulado y más bien pidamos por discernimiento para comprender nuestro papel en las vidas que Dios está poniendo a nuestro alrededor.
Me permites orar por ti?  Señor, ruego por la vida que hoy ha leído estas palabras, te pido que traigas convicción a su Espíritu sobre el llamado que has hecho de hacer discípulos en todo lugar donde vayamos. Te pido que quites el miedo al fracaso, el temor, la angustia o frustración por no ver los frutos y si está teniendo la dicha de ver frutos, trae a su corazón humildad para reconocer que todas las cosas vienen de ti. Amén.
Autora: Keila Alabarca

Llamados a la misión

La misión que Jesús nos deja después de su muerte y resurrección demanda de nosotros compromiso.
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
‭‭S. Mateo‬ ‭28:19-20‬ ‭RVR1960‬‬
Jesús instruyo a los discípulos durante su ministerio en la tierra terminando al final con la instrucción que representa la tarea que debemos de cumplir nosotros en la tierra: Id y haced discípulos.
Esta misión encierra varios aspectos:
  • Entender que es un mandato: Id y salgan de su comodidad
  • Haced:  llevarla a cabo;  encierra disciplina.
  • Discípulos: seguidores de Cristo.
  • Enseñanza: Palabra de Dios
  • Seguridad de que Jesús va a mi lado.
Cuando estoy consciente de mí responsabilidad de discípulos delante de Dios, no pongo por excusa el no sé  testificar, la  burla  a la cual puedo ser sometida y algunas veces al rechazo porque estoy claro que el que está a mi lado me va a guiar y ayudar a hacerlo.
El ser sus discípulos nos lleva a ser parte de esta misión, llevar a otros a conocer a Cristo y así instruirlos para que crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Hay muchas personas pasando por situaciones difíciles y sedientas en nuestro entorno proclamemos a Cristo y ayudémosle a crecer en Él.
Autor: Iris Chavarria

Venciendo las barreras

Cuando le abrimos nuestro corazón a JESÚS, pasamos de ser creyentes a ser discípulos dispuestos a difundir las buenas nuevas de nuestra ESPERANZA DE VIDA, JESÚS. Al experimentar el AMOR más grande e incomparable, maravilloso, confortable, que nunca nadie nos podrá ofrecer jamás.  Empezamos a conocer las verdades de un ser SUPREMO que por AMOR se entregó en una CRUZ por nosotros y se convirtió en nuestro PADRE. Es allí donde entendemos que con Él estamos unidos y ahora ya no vivimos para nosotros sino por ÉL y para ÉL.
El discipulado es el proceso en el cual como discípulos crecemos en el Señor Jesucristo y somos equipados por el Espíritu Santo, que habita en nuestros corazones, para vencer cada prueba que la vida presente y volvernos más y más parecidos a Jesús. Este proceso requiere que como creyentes respondamos a la invitación del Espíritu Santo a examinar nuestros pensamientos, palabras y acciones, y compararlos con la Palabra de Dios.
Pablo escribía a la iglesia de los corintios: “La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes. Es evidente que son una carta de Cristo que muestra el resultado de nuestro ministerio entre ustedes. Esta «carta» no está escrita con pluma y tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente. No está tallada en tablas de piedra, sino en corazones humanos”.2 Corintios 3:2-4 (NTV)
El vivir de esta manera es experimentar un discipulado sin presiones, es expresar a través de nuestro comportamiento diario ese amor, paciencia, esperanza, consuelo que hemos recibido de nuestro Padre, y Señor, restaurador de nuestra alma.
Discipular no es solo estudiar lecciones que aún no hemos terminado de aprender, tampoco es dictar reglas de lo que podemos o no podemos hacer. Por el contrario es:
• Ser de ejemplos con nuestras vidas para ayudar a la transformación de alguien que al igual que nosotros un día tomo la decisión de conocer a JESÚS, conocer de su Amor.
• Es enseñarle sobre el GOZO que trae JESÚS a nuestros corazones cuando disponemos agradarle.
• Es mostrar lo humano que somos y como en medio de los errores que cometemos vemos manifestarse el poder de la excelencia que viene del ESPÍRITU SANTO. “Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros”. 2 corintios 4:7
Desde que conozco su amor inexplicable y maravilloso. Los mejores discipulados los he tenido no solo en clases. Antes bien al compartir con mis líderes, amigos, en una conversación o al verlos testificar lo que DIOS hace en sus vidas.
Un discipulado que marco mi vida fue a través de una hermosa anciana que me enseño por medio del salmo 90:1 (Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación). Que el DIOS que ella había conocido hace muchos años contaba conmigo para dar a conocer a las futuras generaciones las bondades que El Señor le permitió conocer y al ella enseñármelas es mi deber enseñar a otros a ese Dios que ha sido refugio seguro en nuestras vidas.
Es por ello hermanos míos que les animo a que no dejemos de expresar su amor y sus enseñanzas a otros, a través de lo que dé ÉL hemos aprendido y vivido.
Atrévete a vencer el TEMOR y con naturalidad abre tu boca para presentar un amor que a nosotros nos salvó y PERDONO y con nuestra vida mostremos lo REAL que es nuestro PADRE y sus bondades infinitas que nos brinda una oportunidad de vida, para la GLORIA DE SU NOMBRE, por su gracia somos transformados para transformar.
“Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros”.1 corintios 1:4 NTV
Dios les continúe bendiciendo este y todos los días de su vida.
Autora: Katherine De Mendez Robateau.

Colocando el fundamento

Al hablar de discipulado se debe considerar al instructor, al que recibe la instrucción y la doctrina, enseñanza o educación que reciben las personas.
“pues siguen viviendo cómo la gente pecadora de este mundo. Tienen celos los unos de los otros, y se pelean entre ustedes. Porque, cuando uno dice: «Yo soy seguidor de Pablo», y otro contesta: «Yo soy seguidor de Apolo», están actuando como la gente de este mundo. ¿No se dan cuenta de que así se comportan los pecadores?
Después de todo, Apolo y yo solo somos servidores de Dios para ayudarlos a creer en Jesucristo. Cada uno de nosotros hizo lo que el Señor nos mandó hacer:”
‭‭1 Corintios‬ ‭3:3-5‬ ‭TLAI‬‬
La iglesia de Corinto presentaba algunos síntomas comunes cuando se ha descuidado el discipulado; ya sea por parte del instructor o por parte del que recibe la instrucción, algunos no estaban dando frutos de arrepentimiento, se habían estancado, y tenían rivalidad de quien era su mejor mentor.
Para que el discipulado se mantenga eficiente hay que romper con lo que detiene, desvía o aparta de la meta principal
 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Efesios 4:13.
Tomemos el consejo que dio el apóstol Pablo para abordar el tema:
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo edifica” 1 Corintios 3:10.
Para que haya un buen discipulado debe tener presente lo siguiente:
  1. La presencia de Dios en todo lo que hacemos. La barrera número uno que impide un buen discipulado es pretender hablar de Dios sin tenerlo en el corazón o sin tener una comunión íntima con Él. Últimamente se ha estado dando protagonismo a las posibilidades humana, y Dios es el primero que nos dice que todo lo podemos hacer, pero en Cristo; no lo olvides “en Cristo”. Filipenses 4:13
  2. Perfecciónate en lo que haces. La segunda barrera que encuentro es la conformidad. Un maestro nunca deja de aprender, debe estar actualizado. La Biblia se ha aplicado en distintas épocas, y es porque los instructores se han actualizado pidiendo a Dios sabiduría para la aplicación en sus días. El hecho que tengamos un fundamento no quiere decir que no podamos usar todo lo mejor y actualizado para enseñar.  “…Instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría.” Colosenses 3:16.
  3. Ser fiel en lo que se te ha encomendado. El inicio de un ministerio es poderoso, todos están con entusiasmo, pero a medida que pasa el tiempo hay algunos que les pasa lo del globo, se van desinflando. La tercera barrera por derribar es la inconstancia, la falta de estabilidad y constancia en lo que haces. “…esto encarga a hombres fieles…” 2 Timoteo 2:2.
El discipulado es una herramienta importante en el Señor para todos los seguidores de Cristo que no debemos descuidar ya que por medio de la enseñanza es que se desarrolla una vida cristiana plena. Mantengamos nuestra vida delante de la  presencia de Dios, actualizándonos y siendo fieles en lo que nos encomendó.
Autora: Lidia de Rovira

Tengo algo para dar

Muchas veces nos conformamos con nuestro bienestar y no nos conectamos con la necesidad del prójimo dejando a un lado el pasaje que dice: “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:19-20
En muchas ocasiones este pasaje lo leía e interpretaba con ir a las misiones y evangelizar, lo cual no está mal, pero limitaba mi pensamiento solo para ganar a los que no conocen a Jesús.  Con el tiempo comencé a comprender  que para ir a todas las naciones primero debía pensar en mi nación y que lo primordial era mi prójimo, que no solo se limitaba al  perdido espiritualmente,  sino también a mi hermano dentro de la iglesia.  En 1 Corintios 12:12 menciona su palabra,  que cada uno es parte del cuerpo de Cristo y tenemos una función indispensable en Él para el crecimiento no solo del reino sino también en la vida de nuestro prójimo y por lo general esto lo pasamos por alto. Esta verdad me permitió  cambiar  mi mentalidad a mirar más de cerca la necesidad de discipular.
El Discipulado, además de formar a los nuevos creyentes, es necesario para afianzar los fundamentos doctrinales de los creyentes, ser capacitados para el servicio y para ejercer el ministerio al que el Señor los ha llamado. Una iglesia que no discípula a su grey, tiene cristianos desnutridos, con una vida espiritual inestable, cualquier prueba o dificultad los desanima  y fácilmente son arrastrados por falsas doctrinas, por falta de fundamentos bíblicos.   Sin discipulado, un creyente puede tener muy buena voluntad, pero no es apto,  ni está capacitado para ningún servicio  en la iglesia; no entiende lo que es el compromiso con el Señor y con la Iglesia.
Dios nos llama a salir de nuestra comodidad siempre que  menciona las palabras:  “Id y hagan”,  ambas son acciones que nos hablan  de obedecer su palabra,  pero en estas tareas no estaremos solos siempre que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo. Todos tenemos algo que aportar en la  tarea de discipular  y con la ayuda del Espíritu Santo podremos  ser guiados en la parte que nos toque aportar, solo basta con solo tener un corazón dispuesto a invertir en la vida de mi prójimo para su crecimiento espiritual. 
 
Les invito a derribar todo pensamiento que nos  haga ver que solo existe un  grupo escogido de la iglesia (a pesar de que si existen personas que si buscan capacitarse en esta tarea en específico) o personas selectas para poder discipular,  pues discipular es  invertir tiempo en la vida de alguien para su crecimiento y Dios nos ha dado Su Palabra para que seamos llevados a toda verdad y podamos llevar a otros a esa verdad. Comencemos con conversar con otros, con  generar  confianza para romper con nuestra comodidad, haciendo puentes con nuestro prójimo, no muros por que nuestra meta es ser uno en Cristo. 
 
Autor: Cristal Cajar

Una invitación

El llamado de Jesús de seguirle es una invitación a conocerle en intimidad para que desarrollemos una relación de confianza con su persona con el fin de poder crecer a su estatura.
Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mateo 28:19 -20 BLA
El pasaje anterior hace una invitación a la iglesia primitiva a comenzar la labor que Jesús hizo con ellos: discipular. Discipulado viene del latin “discipulus” y este de “discere”  o sea el que aprende o que se deja enseñar. La palabra disciplina tambi’en deriva de “discipulus” que quiere decir el orden necesario para poder aprender.  En otras palabras el discipulado es una invitación a caminar con alguna persona hasta formar un lazo de intimidad que me permita enseñar aquello que he aprendido. Esto va ligado de una actitud de querer aprender del que se le enseña y de tener algo para enseñar por parte del maestro. Los discipulos no fueron a discipular luego de escuchar un par de enseñanzas de Jesús, al contrario caminaron todo el tiempo con el maestro hasta el momento de estar preparados para poder enseñar a otros.  Esta enseñanza dista muchísimo de solo compartir un conocimiento teórico,  iba más allá de tener sentado a alguien solo para que te escuche por una hora. Es en realidad un acompañamiento hasta lograr ven un crecimiento genuino de las personas que son enseñadas. Esto fue lo que hizo Jesús con sus discípulos más que enseñar algo teórico, Él vino a mostrar su vida y que a través de su caminar ellos pudieran conocerle para alcanzar la estatura del varón perfecto.
Como iglesia hemos sido llamados primeramente a ser discípulos de Jesús, el cual  prometió estar a lado nuestro en todo tiempo como indica el pasaje con el que iniciamos. Este acompañamiento es  necesario para poder crecer y el mismo se da hoy en día a través del Espíritu Santo que nos instruye y guía a toda verdad, pero cuando iniciamos el camino es necesario tener alguien que nos instruya y nos guíe como niños pequeños a conocer a Jesús. ¿Qué es lo primero que hacemos cuando llegamos a un lugar que no conocemos? – Preguntamos en alguna recepción si nos pueden dar direcciones hacia algún punto que deseamos ir. Lo mismo ocurre con la vida cristiana, cuando iniciamos no sabemos como llegar a Jesús y alguien debe guiarnos en esos primeros pasos hasta que pueda empezar a conocerlo. Este fue el discipulado que Jesús le pidió a los apóstoles: “enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado”.  El fin del discipulado no es que la persona me conozca a mí, sino que se acerque cada vez más a la persona de Jesús.
La iglesia de Cristo ha sido llamada a discipular naciones pero no para llenar templos, sino para que las personas sean llevadas a conocer a Jesús con el fin de que la iglesia pueda alcanzar la estatura del varón perfecto; a la medida de la plenitud de Cristo.  Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;  Efesios 4: 11-13
Tome un tiempo para analizar su posición actual, comience haciéndose las siguientes preguntas: ¿Estoy en la capacidad de discipular? ¿O necesito ser discipulado?.  Esto no tiene que ver con los muchos años que tiene en la iglesia, muy por el contrario debemos preguntarnos si realmente tenemos  una relación intima con Jesús al punto de conocerley  si es así entonces estamos en la capacidad de llevar a otros a conocerle.
Es tiempo de romper ciertos conceptos que han impedido de que como iglesia seamos discipulados o que estemos discipulando a otros. Durante este mes estaremos conversando más sobre este tema y esperamos que sea de bendición para todos.
Autor: Jonathan Zapata

Bajo su autoridad

Si somos obedientes y no dejamos de lado los consejos, los juicios y mandatos de Dios llevaremos una vida plena dentro del hogar.
“Así que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, creó al varón y a la mujer. Y los bendijo diciendo: «Tengan muchos hijos para así poblar el mundo y ejercer control sobre él: dominando a los peces del mar, a las aves del cielo y a toda criatura que se arrastra por el suelo».”
‭‭Génesis‬ ‭1:27-28‬ ‭PDT‬‬
Cuando Dios, nuestro creador, hizo al hombre y a la mujer conforme a su imagen y semejanza, los creo como participantes de su plan eterno. Dentro de ese plan estaba el de formar un matrimonio, un hogar y  una familia.  Desde el principio Dios concibió ese modelo de hogar, un lugar físico donde se reunieran los padres con sus hijos, para vivir juntos y convivir entre ellos en un ambiente bueno, de armonía, de comunicación, de comprensión, de paz y amor, pero sobre todas las  cosas, que pudieran reconocer a Dios como el centro de sus vidas, siendo el participante principal en el diseño de familia.
Repasando en mi mente las familias formadas en la biblia, recordé la familia de Adán, la de Abraham, la de Isaac, hasta la familia de Jesús. ¿Cuál de ellas fue la familia ideal?  Yo creo que ninguna fue una familia ideal, todas presentaban uno que otro problema, por ejemplo: envidia entre hermanos, un padre que convivio con otra mujer que no era su esposa, tal vez un padre de carácter débil, padres que tenían hijos preferidos, o familias que no estaban muy unidas. Pero para cada una de esas familias, tenía una participación en el plan eterno de Dios. (Fil.1:6)
La palabra de Dios esta llena de pasajes bíblicos donde Dios nos habla y nos exhorta, tanto a padre (Deut 6:6-7), madre ( Sal. 128:1-4;) e hijos (Prov. 4:1-2). Cada una de estas exhortaciones busca alinearnos a ese plan perfecto que diseño para cada familia.
Al final de toda nuestra vida la actitud de obedecer a Dios es lo que dará frutos en nuestro hogar y nos permitirá disfrutar del plan eterno de Dios. Fue la actitud que tuvo Josue con su familia, en donde se determinó  seguir el camino correcto y dejar legado de vida eterna (Leer Josué 24:15).
Hoy escuchamos voces que dicen: ideología de género, familias disfuncionales, hijos atormentados con diagnósticos como: autismo, limítrofes, lento aprendizaje, síndrome de Tourette, etc.; sentenciando a nuestros hijos a conductas dolorosas y traumatizantes. Pero hay una esperanza, para que nuestras familias sean un lugar donde puedan crecer, cada miembro debe poner sus ojos en Cristo Jesús, autor y consumador de nuestra fe. (Hebreos 12:2)
Su palabra y sus promesas nos llevan a aferrarnos y a luchar por nuestras familias, por cada miembro que está alejado de Dios y por los más pequeños e inocentes del hogar, su palabra nos dice:
 “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,” Colosenses 2:14
Autora: Gisela Madrid de Gálvez.

Cosechas de amor y bondad

«Cierto día, David preguntó: «¿Hay alguien de la familia de Saúl que aún siga con vida, alguien a quien pueda mostrarle bondad por amor a Jonatán? … A partir de ese momento, Mefiboset comió a la mesa de David, como si fuera uno de los hijos del rey.» ‭‭2 Samuel‬ ‭9:1‬; 11‬ ‭NTV‬‬
Ciertamente Mefiboset fue un hombre que pasó de ser ‬‬un lisiado que no tenía nada, a heredar todo lo que algún día le perteneció a su familia y comer diariamente en la casa del Rey David. Sin embargo, las palabras de David al buscar descendientes de Jonatan, para mi son una marca importante dentro de su corazón.
David y Jonatan tuvieron una amistad que hasta hoy es de ejemplo para muchos, no cabe duda de que su amistad era expresada mutuamente aun en los momentos más difíciles y fue eso lo que marcó el corazón de David. Todo aquello que fue sembrado en su corazón por Jonatan, lo llevo a bendecir a su descendencia en muestra de amor hacia Èl.
Cuando pienso en nuestra familias, me pregunto: estamos sembrando de esta manera en nuestra familias? Estamos invirtiendo en ellos tiempo y esfuerzo; les estamos acompañando en las buenas y en las malas? Tristemente, todo aquello que hoy no estamos sembrando, es todo aquello que nuestra descendencia no cosechará.
Hoy quiero invitarte a sembrar por amor, sabiendo que la cosecha no siempre será tuya, pero que después de ti hay una descendencia que apreciará recibir el amor, la bondad y el apoyo de su familia en momentos difíciles.  Cuan bello es saber que tienes un lugar de refugio y amor llamado familia, donde puedes encontrar consuelo y apoyo por la gracia de Jesús.
Tal vez es tiempo de reconciliar lo que está muerto y empezar a sembrar y regar nuevamente para que haya un fruto futuro.
Autor: Keila Alabarca

Proyecto de Vida

Mi proyecto de vida: Mi Familia
“Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.”  Deut. 6:6-7 NVI
La familia debe ocupar un espacio preponderante dentro de nuestro proyecto de vida.  Muchas personas a medida que van creciendo y madurando, establecen cual va a ser su proyecto de vida y en la gran mayoría de los casos la familia juega un papel importante dentro del mismo. Por ejemplo: cuando yo era joven tenia claro que quería ser una profesional de éxito y hasta la edad en la que iba empezar a destacar dentro de mi profesión, pero ademas de esto, también formaba parte de mi plan el casarme  y formar una familia.  Sobre todo quería encontrar esa pareja que estuviera en la misma sintonía mía para de esta manera desarrollar juntos, no mi proyecto sino “nuestro proyecto”
En días pasados compartimos el devocional denominado “Un lugar para crecer” (http://lacatedraldevida.com/2019/06/06/jueves-6-de-junio-un-lugar-para-crecer/) en el cual el Rev. Fennell nos señalo los presupuestos necesarios para que una familia pueda crecer, mismos que comparto completamente, pues si tenemos como plan de vida que nuestra familia sea sana debe en ella abundar el amor a la palabra de Dios y los miembros de la misma deben ser educados en ese mismo sentir.
Es muy importante que este proyecto sea confiado a Dios para que Él renueve nuestras fuerzas cuando sintamos que desfallecemos (Isaías 40:31) pues llevar adelante una familia como proyecto de vida requiere mucha fortaleza espiritual y para eso esta Dios! Que grato es cuando sentimos su presencia!
¿Y cuál es tu Proyecto de Vida? Te exhorto a trabajar en el mismo y a que Dios forme parte de Él y si tu proyecto es parecido al mío entonces haz como dice Deuteronomio: Incúlcale continuamente a tus hijos la Palabra de Dios.
Autora: Aleika De León de Gonzalez