Jueves 21 de Marzo – ¿ Como te obedezco?

“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;”   ‭‭Hebreos‬ ‭5:8‬-9 ‭
En muchas ocasiones obedecer un mandato o una instrucción  es sencillo; el semáforo se pone en rojo y automáticamente paramos, pero hay otros mandatos que impactan nuestra vida, ya sea porque no tenemos claro cual es el mandato o la voluntad de aquel a quien debemos obedecer; o porque ese mandato pugna con nuestros deseos o intereses.
Frente a la voluntad de Dios me he hecho muchas veces esta pregunta: Padre, como te obedezco?  Y en ese momento recuerdo que Jesús sufrió, pero a pesar de ese sufrimiento aprendió a ser obediente al mandato de Dios. Y no es una obediencia conveniente ni superficial, Cristo obedeció completamente, sin cuestionar, sin quejarse y es así como nosotros debemos obedecer a nuestro Padre, de forma ciega, sin cuestionamientos, sin segundas intenciones o sin mirar que es lo que Dios nos puede dar.
Obedecemos a Dios cuando seguimos sus mandatos, cuando a pesar de que nos cuesta dar cumplimiento a su palabra lo hacemos, cuando en oración lo escuchamos a ÉL y no a nuestra voz, cuando a pesar de que podamos padecer por ejecutar determinada decisión o por no hacer algo que creemos debe hacerse, callamos y nos quedamos quietos, porque no es cuando queremos si no cuando ÉL lo dispone.  Esa es la forma en la que debemos obedecer.
Hemos visto en el ejemplo vivo de la vida de Dios como obedecer y el resultado de esa obediencia: Nuestra Salvación!!! Ahora activemos en nosotros ese anhelo de seguirle, de estar en su presencia, de obedecerle.  No dejes de pedirle a Dios que te de la capacidad y las fuerzas para cumplir su mandato.
Autor: Aleika De León de González.

Tú tienes autoridad

“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.” Romanos 5:17.RV-1960

Según este versículo, todos los que han recibido de la gracia de Dios y del don de la justicia, deben reinar en vida. Reinar significa dominar o ejercer autoridad. La autoridad y el dominio es lo que Dios entregó al primer hombre que era Adán.

El hombre recibió autoridad sobre la tierra y sobre todo lo que existía en ella, mientras el hombre caminaba con Dios en obediencia, su autoridad y dominio quedaban vigentes. Pero cuando Adán y Eva pecaron, perdieron la justicia y la autoridad recibida, en lugar de reinar quedo sujeto a servidumbre. Hebreos 2:15

Cuando Jesús vivía entre nosotros como hombre su justicia le mantuvo bajo la cobertura de Dios y así el tenía autoridad para deshacer las obras del maligno.

El enemigo sólo ganó acceso al mundo a través del pecado del hombre. Mientras el hombre mantenga su naturaleza pecaminosa, no tiene ningún derecho legal en contra de las obras del enemigo. Tiene que sufrir enfermedades, tragedias, escasez y el fracaso, porque es un pecador y el diablo viene para “robar, matar y destruir” (Juan 10:10). El hombre perdió la justicia por el pecado de Adán, pero el poder del pecado es destruido y el hombre recibe nuevamente esa autoridad perdida para reinar cuando nace de nuevo, permitiendo que surja ese nuevo hombre que Dios quiere usar.

“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.” Romanos 6:6-7 RVR-1960

No esperes más para comenzar a ejercer esa autoridad que Jesucristo te ha dado desde el momento que lo aceptaste en tu corazón. Tú puedes sacar de tu vida toda angustia, tristeza y todo aquello que te quita la paz, en el nombre de Jesús y con la autoridad que Dios te está brindando.

Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.