A medida que le conocemos somos cautivados por su belleza y es allí donde las distracciones pierden fuerza en nuestra vida y el compartir con Él se vuelve lo más placentero de nuestra vida.
Una cosa he pedido al SEÑOR, {y} ésa buscaré: que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para meditar en su templo. Salmo 27:4
En la Biblia hay muchos ejemplos acerca de siervos de Dios que fueron cautivados por su belleza, pero uno de los que más he aprendido es de David. A lo largo de su vida escribió Salmos en donde declara su amor por Dios de una manera sorprendente (Leer Salmo 63). Pero para David no fue fácil, siempre me pregunte ¿cómo alguien como David podía mantenerse enfocado cuando era perseguido? Les voy a dar un poco de contexto, en esa época el acceso a Dios era limitado, solo los sacerdotes tenían acceso directo a su presencia, pero eso no lo detuvo de conversar con Dios, su anhelo de conocerlo fue superior a las estructuras que se habían desarrollado en su época y esto debió llamar poderosamente la atención de Dios. El salmo con el que iniciamos es un ejemplo de que a pesar de no tener este acceso eso no lo limito a buscarle, a medida que disponía en su corazón por conocerle se fue apasionando por Dios al punto de escribir el Salmo con el que iniciamos. Esa pasión lo mantuvo enfocado en Cristo y no daba lugar para que se desviara del propósito al cual fue llamado (Ser Rey de Israel).
Creo que cualquier de nosotros en el lugar de David hubiera colgado los guantes. Muchos teólogos indican que su período de persecución pudo durar entre 10 a 12 años, no es una cifra exacta, pero el simple hecho de vivir un período tan largo de persecución a cualquier lo hubiera desenfocado de aquello a lo que Dios lo mando. En mi vida personal he vivido períodos difíciles y a la semana ya quiero que Dios me saque de allí. Pero la clave de David fue permanecer continuamente conociéndole al punto de que su belleza llego a cautivarle y le permitió permanecer enfocado en Él.
Como cristianos viviremos períodos de mucha agitación y más en estos tiempos que se han levantado muchas cosas para distraernos pero la clave para no ser desviados es permanecer en su presencia buscándole hasta el punto de llevar a cautivarnos con su belleza. Les invito a que hoy te dejes seducir por su presencia, que le busques a pesar de cualquier situación que estés atravesando, tenemos un Padre que anhela que volvamos a correr a sus brazos.
Autor: Jonathan Zapata