Por años luche con pecados ocultos que me apartaban de poder vivir una vida de comunión con Dios. Cada vez que fallaba a Dios pensaba que seria juzgado y rechazado por Él, por un algún motivo creo que todos en algún momento de nuestra vida cristiana nos hemos sentido así. Y sin darnos cuenta ese pensamiento no es visible, esta a un nivel subconsciente que tiende a alejarnos de Dios. ¿Que es lo primero que hace un niño cuando sabe que hizo algo malo? Tiende a esconderse y a evitar la confrontación. Y es la misma actitud que tomamos cuando le fallamos a Dios, tendemos a escondernos de su presencia o eso pretendemos. Que ilusos que somos, como podríamos escondernos de Él? Pero así como nos pasa a nosotros también le paso a Adan,
“El SEÑOR Dios llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? El hombre le respondió: —Escuché que andabas por el jardín y me asusté porque estaba desnudo, entonces me escondí.”
Génesis 3:9-10 PDT
Adan se asusto de la posible reacción que tendría Dios con él y es lo mismo que nos pasa a nosotros cuando le fallamos a Dios, huimos de su presencia por miedo a su reacción, por miedo a ser rechazados por Él. Pero que hermoso ver en el pasaje anterior que Dios salió al encuentro de Adan. Adan quiso esconderse pero Dios fue a buscarlo y esa es la reacción de Dios cuando le fallamos.
No quiero que malinterpreten mis palabras pero Dios sabe que le fallaremos al principio, el conoce nuestro corazón, si por años pecamos lejos de Él, que nos hace pensar que de un día para otro dejaremos de pecar? Hay cosas que de un día para otro el nos quita de raíz, pero hay otras que deben ser quitadas a través de procesos. Lo peor que podemos hacer cuando fallamos es alejarnos de Dios. Y hay un ejemplo que ilustra muy bien lo que deseo trasmitir. Dios es luz y cuando estamos lejos de luz, estaremos en oscuridad. Si por años me mantuve en oscuridad, todo en mi vida estará en desorden. La luz expone todo lo que esta en desorden y nos permite ordenar aquello que no podíamos ver sin la luz. El orden se logra a través de los procesos que Dios permite que vivamos. Entonces pongamos un ejemplo: imaginen que peco y lo primero que hago es huir de su presencia, lo que estoy haciendo es exponerme a un mayor nivel de oscuridad y esto lo único que producirá es un mayor desorden en mi vida. Lo que debemos hacer cuando fallamos es correr hacia Él. Nuestro Padre estará con brazos abiertos esperando por nosotros. Y esto no quiere decir que Dios ama al pecado, pero si ama al pecador y desea que el pecado ya no gobierne nuestra vida. Esto tampoco quiere decir que voy a estar pecando siempre, sino al contrario a medida que me expongo a luz, veré el desorden que hay en mi y esto me debe confrontar a movilizarme de esta zona de desorden para lograr un vida de orden.
Hace una semana le falle a Dios con múltiples cosas que Él ya me había pedido no volver a hacer y cuando reaccione que había fallado, tome la actitud de esconderme, pero me levante al día siguiente a buscarle y en medio de mi oración: Él me decía, acaso crees que te adopte para echarte de mi casa?, crees que sacrifique a mi hijo para desecharte? porque crees que soy así? Y me recordó el siguiente pasaje:
“En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros.”
Juan 14:2-3 LBLA
Dios es nuestro Padre y en el tenemos morada, no hay nada que pueda alejarnos de Él. El pecado ya no es un obstáculo entre Él y nosotros. Cristo venció este obstáculo en la Cruz. No permitas que el pecado te impida tener comunión con Él, en la casa de nuestro Padre tenemos un lugar donde habitar, ya no tenemos que huir, ya no pensemos que seremos destituidos de su presencia, al contrario si le fallaste corre hacia Él, pídele perdón y no te apartes de Él, mientas más tiempo pasemos con Él, el pecado perderá poder en nuestras vidas. Dios es luz y si habito cerca de Él, las tinieblas tienen que huir.
“Este es el mensaje que hemos oído de Jesucristo y se lo estamos anunciando a ustedes: Dios es luz y no hay oscuridad en él. Si decimos que estamos bien con Dios pero seguimos viviendo en la oscuridad, estamos mintiendo, pues no seguimos la verdad. Pero si continuamos viviendo en la luz como Dios vive en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, continúa purificándonos de todo pecado. Si decimos que no pecamos, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad.”
1 Juan 1:5-9 PDT
Si le fallaste y pensaste que Él ya no tenia un lugar para ti, rechaza esa mentira del enemigo y corre a sus brazos de amor, Él espera por ti y tiene una morada en el cielo esperando por nosotros!
Familia, les bendigo en el nombre de Cristo!
Autor: Jonathan Zapata