Por una gloria mayor…

Una gloria para impresionar no es lo mismo que la gloria de Dios.

En la vida siempre nos vemos en la postura de tomar decisiones determinantes como: ¿Qué estudiaré?, dónde trabajaré?, ¿con quién me casaré? o ¿a dónde viviré, increíblemente cada una de estas decisiones guarda relación con el propósito de Dios en nuestras vidas, ya que si no van alineadas con Él, se dificulta su cumplimiento o al menos ese cumplimiento en su perfecta voluntad. Esto lo puedo entender hoy de esta forma por la necesidad en la que me he visto de tomar ciertas decisiones en donde sin duda alguna he tenido que tomar en cuenta a Dios Padre como quien cuida mis pasos, a Jesucristo, el hijo de Dios, como quien intercede por mis necesidades y al Espíritu Santo quien me guía a toda verdad, y en este proceso el hablar con Dios ha sido fundamental pues he descubierto que muchas veces nuestras decisiones están más impactadas por agradar a otros o impresionar con el resultado de nuestra decisión a los demás.

En medio de este proceso de comprender su propósito, he tenido tiempos íntimos con papá (Dios) en donde mi corazón se confrontaba diciendo: ¿a quién buscas agradar? ¿a quién quieres impresionar? ¿con tu profesión deseas lucirte frente a la opinión de la gente a cuesta de no hacer lo que yo te he mandado hacer? Con tu trabajo pretendes aparentar, o reflejar tu capacidad mediante el resultado de un salario, solo para que otros queden conforme, pero mi corazón no lo está (el de Dios), deseas un esposo que llene las expectativas de las personas pero dónde queda mi expectativa y lo que yo quiero cumplir de acuerdo a mi propósito, te has empeñado en que tu lugar de vivir sea el que ya has estructurado en tu mente pero no sabes si es allí adónde me quiero glorificar… y esto, me quebró haciéndome decirle no quiero mi voluntad sino la tuya, no quiero agradar a otros sino a ti porque en la medida que te agrado a ti tengo garantía de satisfacción, gozo y paz. Creo que agradar a otros nos lleva a que se manifiesten glorias propias que no tienen nada que ver con la gloria de Dios.

En 2 Samuel 22, David eleva un cántico que proclama confianza, gratitud, protección, fortaleza y victoria dada por Dios, pero en el capítulo 24 decide censar al pueblo para asegurar una victoria lo cual pareciendo un paso calculador y de planificación buscaba asegurar su gloria más no era la forma que Dios se glorificaría lo cual le costó expresando en el verso 10,

Después que David censó al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: He pecado gravemente por haber hecho esto; pero ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque he actuado muy neciamente. 2 Samuel 24:10

Hoy día es mi deseo que cada decisión que tomo y tomes esté motivada en agradar a Dios y no provocar nuestra gloria o satisfacer a otros sino ver manifestada LA GLORA DE DIOS.

Cicatrices

Haces unos días atrás, leí una novela cuyo protagonista era un joven que sufrió un terrible accidente con un alambre de púas.  Este accidente dejo marcado todo su cuerpo con cicatrices profundas y visibles que causaban una gran repulsión a los ojos de terceros.  Su madre era la única que lo miraba sin asombro, pero para él esto no era suficiente y siempre pensaba que nadie lo quería, lo cual lo llevo a ocultarse de la vista de los demás para evitar las miradas curiosas de lástima, compasión y horror, pues sabia que no era agradable a los demás.

A veces pienso que muchos de nosotros tenemos esas mismas cicatrices que aunque no son visibles a los ojos externos, nos marcan, duelen e hieren, haciéndonos pensar que no somos dignos del amor de nadie, pues esas cicatrices son el constante recordatorio de que algo en nosotros no esta bien, causándonos un gran dolor por no poder agradar a los que nos rodean.  Es parte de la naturaleza humana querer agradar a los demás, es muy importante ser aceptados por otros, no solo en el aspecto físico, sino también en el emocional,  y cuan difícil debió haber sido para este joven lleno de cicatrices grotescas, poder agradar visualmente a quienes lo rodeaban.

Así mismo, nosotros aunque no tenemos cicatrices visibles, igual queremos esa constante aprobación de los demás, y en muchas ocasiones por buscar esa aprobación nos convertimos en quienes no somos, sin saber o recordar que hay uno solo que nos ama tal y como somos, pues somos su hechura.  La madre del joven siempre le recordaba que buscara el amor de Dios pues era el único amor que lo llenaría plenamente y no viera en los hombres aquello que le faltaba.

Cuando llegamos a los pies de Cristo y descubrimos que por SU amor fuimos salvos,  nos damos cuenta de que es ÉL, el único al que tenemos que agradar y que Dios no necesita que nuestra apariencia física sea perfecta para ello. Dios toma nuestras cicatrices y las transforma. El joven de la historia tuvo que sufrir mucho hasta que logro aceptarse así mismo a través del amor y el servicio a Dios.  Bien decía Pablo en Gálatas 1:10 “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.”

Piénsenlo, a quien queremos agradar?

Enfocados en Él!

Ningún soldado se enreda en los asuntos de la vida civil, porque de ser así, no podría agradar al oficial que lo reclutó. 2 Timoteo 2:4 NTV

Los soldados en tiempos de imperio romano padecían privaciones de una vida desordenada y normal a fin de dedicar tiempo a su formación. La disciplina era una de las herramientas que formaban el carácter de un soldado romano, con el fin, de que su enfoque fuera la vida militar y rendir sus servicios al emperador el cual era la máxima autoridad de esos tiempos.

Así como los soldados tienen sólo una cosa en mente, que es llevar a cabo su deber, los cristianos deben tener la misma pasión, consagración y el mismo espíritu. Debemos agradar a Cristo y no a los hombres, al Rey de reyes y Señor de señores. Debemos estar determinados, cueste lo que cueste, venga lo que venga y agradar al único Señor, no podemos servirle a Dios y agradar a el mundo.

Siempre habrán invitaciones a agradar al mundo, a enredarnos en las conformidades de este siglo, pero es en medio de todo esto donde debemos mantener nuestro enfoque, mantener obediencia a su palabra y nuestra fe en Cristo Jesús.

Prohibido Olvidar

La iglesia de Éfeso parecía ser cumplidora de la verdad y guardadora de santidad.  Sin embargo, el Señor tenía algo en su contra, habían dejado su primer amor (Apoc. 2:4).

Ellos se esforzaban  por cumplir su labor, eran trabajadores, pacientes, no toleraban lo malo ni a los falsos profetas, habían sufrido por Cristo y a pesar de todo no habían desmayado, pero se olvidaron del mandamiento más importante: Amar al señor con todo su corazón (Mateo 22:37-38).

La palabra de Dios es el orden por el cual debemos vivir para que nos vaya bien, pero la razón de nuestra vida debe ser amar a Dios. Ese fue el propósito por el cual fuimos creados. Los efesios eran creyentes dedicados y cumplidores, pero habían descuidado su relación personal con el Señor. A pesar de  este gran descuido, Jesus interviene en medio del pueblo de Éfeso y les recuerda como inicio todo (Apoc. 2:5), como esa  pasión inicial fue la que los  movió para acercarse  a Dios y contarles a todos acerca de Él.  Les exhorta a  arrepentirse y cambiar su manera de vivir.  Este llamado a la iglesia de Éfeso también es para nosotros, debemos arrepentirnos de la indolencia y hacer algo para avivar la llama de la pasión por Dios. El amor no crece “automáticamente”; más bien disminuye a menos que intencionalmente lo cultivemos.  Todo este llamado a volver a amarle por encima de todo nos llevará a tener un  servicio desinteresado y genuino delante  de Dios.

A veces pretendemos amar a Jesús, pero esto me recuerda a una pareja de enamorados que estaban conversando por teléfono. El elocuente galán declaraba su amor por ella en los siguientes términos: Te amo tanto que por ti soy capaz de dar la vida. Haría cualquier cosa por ti, lo que me pidas. Atravesaría mares, cruzaría ríos, ascendería montañas, me enfrentaría con fieras salvajes, caminaría sobre carbones ardiendo. Entusiasmada por tan exuberante declaración de amor, la chica preguntó al muchacho: Mi amor, ¿Me vendrás a ver esta noche? Claro… responde el chico, siempre y cuando no esté lloviendo. Suena gracioso, pero así es de falso y superficial el amor de mucha gente hacia Jesucristo. Es amor de labios para afuera.  Levantémonos a servir al Señor con alegría y gozo llevando a las almas a Jesucristo y crezcan queriendo ser como nuestro señor Jesús.

Autor: Rev.  Osvaldo Rangel

Nuestro Fundamento

La fragilidad de nuestras vidas tiene su raíz en Cristo como fundamento de ellas.

«Como dicen las Escrituras: «Pongo en Jerusalén una piedra principal, elegida para gran honra, y todo el que confíe en él jamás será avergonzado».
Además, «Él es la piedra que hace tropezar a muchos, la roca que los hace caer». Tropiezan porque no obedecen la palabra de Dios y por eso se enfrentan con el destino que les fue preparado.»
‭‭1 Pedro‬ ‭2:6, 8‬ ‭NTV‬‬l
Uno de los descubrimientos que más me han marcado, se encuentra en el evangelio según San Juan 1:1
“En el principio era el verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios”.
Para mi fue realmente increíble descubrir su existencia de naturaleza eterna y se convirtió en fuente de inspiración para buscar de Cristo en la creación. Ver su creación me enseña cómo es Èl, es como cuando visitas una casa y su decoración te habla mucho de sus dueños. Pero, que hay más allá de la propia creación? Que hay de aquello que es una obra en proceso?
Si tuviésemos que conocernos a nosotros mismos en que nos basaríamos? Como mediríamos nuestras obras? Como expresamos nuestra naturaleza?  a través del cimiento! En repetidas ocasiones, la palabra habla sobre la piedra principal, Cristo Jesús. En cada una de ellas somos exhortados a construir nuestras obras sobre la base de Jesús, todo aquello que es puesto sobre Jesús es bendecido por Dios y nos constituye en piedras vivas que van formando el templo.
Así como la creación manifiesta a Jesús, nuestras obras manifiestan nuestros cimientos.
Tener cimientos firmes en Cristo, se refiere a vidas que fructifican a partir de Jesús. Sin embargo, la palabra nos muestra que esa piedra principal se ha convertido en obstáculos para muchos y es esto lo que ocurre cuando no estamos dispuestos a hacer la voluntad de Dios; bajo ese esquema, tratamos de construir sobre nuestros propios deseos en lugar de construir sobre Cristo y todo aquello que viene de nosotros mismos es derrumbado fácilmente. Siendo así, el alto estándar de Jesús se convierte en tropiezo para nuestros propios planes.
Vale la pena detenernos por un momento para evaluar nuestras obras y nuestras propias vidas desde la perspectiva de Cristo y empezar a ver sobre qué base hemos estado construyendo nuestras decisiones y acciones. A veces sentimos que nuestras vidas son frágiles y la raíz de ello es la falta de Cristo como cimiento de todo lo que hacemos.
Te exhorto a recalcular las bases de tus decisiones y acciones desde la mirada de Jesús, a pedirle con corazón humilde y sincero que pruebe tus obras y disponerte a derrumbar lo que sea necesario para empezar a construir sobre Jesús.
Autora. Keila Alabarca

Arrepiéntete

“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras;…” (Ap. 2:5)
Hemos visto a lo largo de estas semanas lo que representa el retomar aquellas primeras obras y parte indispensable de ese regresar es arrepentirse.
Por arrepentimiento debemos entender: “Sentimiento de la persona que lo lleva a corregir un actuar o enmendar una situación realizada o dejada de realizar”  Cuando nos arrepentimos e interiorizamos en nuestro ser que aquello que estamos llevando a cabo no es lo correcto o se aleja de nuestro camino trazado, entonces tenemos la capacidad de enmendar o corregir esa actuación.
En el plano espiritual, desde el momento en que nos arrepentimos  del mal camino que tomamos, la manifestación de nuestra conducta tiene que ser con un cambio total en mi forma de actuar, es volver a introducirme en el camino correcto,  como indica Mateo
“Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios.”
‭‭Mateo‬ ‭3:8‬ ‭NTV‬‬
Muchas veces confundimos el  arrepentimiento con  un sentimiento de culpabilidad que evita que nos centremos en lo que debemos hacer, eludimos el regresar a aquellas “primeras obras” porque nos sentimos sucios y poco dignos para llevarlas a cabo. Otras veces,  nos sumimos en una gran tristeza que no nos deja ver con claridad aquellas obras que debemos retomar. En ambas ocasiones prima un sentimiento que debe ser erradicado pues no permitirá que nuestra Fe se anteponga.  El arrepentimiento tiene que ver con cambiar mi forma de actuar y no con un sentimiento que me enfoca en mi falta. Quitemos todas esas telarañas  de sentimiento de culpabilidad o tristeza y  busquemos regresar a esas primeras obras, solo permitiendo que la FE sea nuestra máxima prioridad, mirando  lo que hoy no es, pero que el Padre ya hizo en mi. Somos nueva criaturas en Cristo.
Autora: Aleika De León de Gonzalez

Sin Variación

“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.”
‭‭Apocalipsis‬ ‭2:1-4‬ ‭RVR1960‬‬
 El mensaje para la iglesia de Éfeso de parte de Dios fue muy claro. Se evidencia que  estaban haciendo la obra de Dios, su esfuerzo, su arduo trabajo y su paciencia fueron reconocidos  por Dios, pero a la vez los tuvo que confrontar. Si reflejamos este mensaje con nuestra vida hoy en día, tal vez podríamos decir que estamos sirviéndole: hablando de Jesús a conocidos, participando activamente en los cultos y actividades de la iglesia, Dios ve nuestro esfuerzo y paciencia, ve con cuanto amor le servimos, pero también ve nuestro corazón. Me pregunto si hoy en día, Dios nos tuviera que enviar una carta cómo la de Éfeso, tendría que recordarnos que
  • ¿Hemos dejado mi primer amor?
  • ¿Qué el deseo de estar en su presencia ya no es tan latente?
En todas las relaciones de amistades, de parejas o de familias en ocasiones hay desacuerdos y como seres humanos nos podemos distanciar, incluso molestar, sin embargo donde existe amor no importan las adversidades o las dificultades que se atraviesan y eso es porque el amor nunca deja de ser.
Nuestro amor por Dios debe ser continuo, integro, con pasión y sin variación como en nuestros inicios. Volvamos a tener esas experiencias con Dios que nos llevaron a amarle  con pasión, que el anhelo de nuestros corazones sea estar en su presencia siempre y pidámosle que nos de la estrategia para no olvidar ese primer amor.
 Autor: Heredia Lezcano

Nunca olvidemos

Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;  Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.  Recuerda, por tanto de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues sino vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar sino te hubieres arrepentido. Apocalipsis 2:1-5
En el mensaje a la iglesia de Éfeso, Dios comienza por reconocer sus virtudes y dar valor a el trabajo que habían hecho; sin embargo señala una cosa que tenía contra ellos: Tengo contra ti que has dejado tu primer amor, el verso no termina ahí y les sigue diciendo, Recuerda, por tanto de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar si no te hubieres arrepentido.
El deseo de Dios para la iglesia de Éfeso y para nuestras vidas es que nunca olvidemos lo más importante El Primer amor.  Dios estaba interesado en mostrarle cuál era su condición actual, que recordarán cómo eran antes y donde habían caído, se arrepintieran y que volvieran hacer las primeras obras.
Dios quiere que tengamos una conexión íntima con Él. Si le hemos fallado, pidamos perdón y volvamos a hacer las obras que antes hacíamos y que hoy quizás no estamos haciendo.
Volviendo a las primeras obras tiene que ver con:
  • Recuperar  esa íntima relación con Dios.
  • Inspirar a aquellos que nos rodean.
  • Renovar nuestra forma de hablar y pensar.
  • Vivir apasionadamente por Cristo
  • Mostrar el amor de Jesús.
  • Abrazar  al necesitado.
  • Manifestar el amor de Dios.
Pidámosle al Señor que el vuelva nuestros corazones al primer amor, nos ayude a mantener la pasión y volvamos a las primeras obras en oración, ruego y ayuno.
Autora: Ruth Mojica

Ser o hacer?

A Dios no le interesan tus muchas obras, Él esta interesado en tu corazón, en tu persona, en poder cautivarnos con sus cuerdas de amor y que en respuesta podamos amarle por encima de todas las cosas.

“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”
La iglesia de Éfeso representa a  todo aquel que dejo el amor de Cristo a un lado y se enfoco en las obras.  Era una iglesia que hacia mucho: trabajaban para el reino, aborrecían el mal, eran pacientes y conocedores de la palabra, pero se olvidaron por completo de cultivar su relación con Dios.   “La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.” ‭‭Efesios‬ ‭6:24‬ ‭RVR1960. ‬ Ellos comenzaron bien, dice su palabra que tenían amor inalterable por Jesucristo.  Pero en Apocalipsis mencionan que dejaron su primer amor, dejaron de conocerle, de pasar tiempo con Él. Esto es peligroso para la iglesia, porque llega el momento en donde empezamos a hacer las cosas por religiosidad y no por convicción.
Los cristianos somos resultado del proceso de transformación de nuestro carácter a la imagen de Cristo, pero esto solo ocurre cuando le conozco, yo no puedo manifestar algo que no conozco.  Por años se me enseño en mi universidad mucha teoría pero no fue hasta que fui al campo laboral que realmente pude experimentar todos esos conocimientos y hoy en día  puedo manifestar algo que no solo se en teoría sino que lo experimente en carne propia.
Dios nos esta llamando a dejar a un lado nuestro conocimiento y que comencemos a experimentarle, a profundizar en su persona. A medida que le conozco más me enamoró de su persona, por algo la Biblia se refiere a Él como El Amado de las Naciones, la piedra preciosa, en el conocimiento de Cristo hay algo que nos cautiva al punto de volcarnos en amor por su persona. Esto no es algo místico, va con dejar a un lado mis múltiples ocupaciones y que realmente nos dediquemos a compartir en intimidad con Él, con el único fin de conocerle. Te invito a que pases mayor tiempo con Él, no pidas nada, solo comparte con aquel que entrego su vida por ti, para que hoy puedas correr a sus brazos sin tener algún obstáculo que te lo impida.
Autor: Jonathan Zapata

Un primer amor para siempre

Me pongo a pensar en todo lo que uno hace cuando está enamorado, habla todo el tiempo de la persona que se enamoró, deseamos atender a esa persona hasta en lo más mínimo, y no solo eso sino hacer cualquier cosa que le agrade y le haga sentir especial. Somos más pacientes de lo normal, pues esperamos todo lo necesario con tal de vivir un momento único y especial, nos aflora lo celoso o celosa que podemos ser cuándo nos sentimos amenazados o no siendo lo más importante dentro de lo que cabe. Todo esto me permite entender cuando Dios dice en Apocalipsis 2:4 Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Significa que hemos dejado de hacer esas maravillosas cosas que hacíamos que son propias del primer amor, hemos dejado de hablar de aquel que ha cautivado nuestro corazón, no sólo de Él sino de todo lo que hizo, hace y hará según su poder, parece que ahora nos centramos en hablar más de nosotros mismos, de lo que queremos, nos interesa o esperamos, que del autor de todo lo que es posible o no en nuestras vidas. Ya no estamos dispuestos a esperar como antes ya sea el cumplimiento de Su Palabra o su venida guardando una integra santidad, que en un primer amor son indiscutibles, pero que ahora por las presiones de esta sociedad nos atrevemos a alterar esa espera. Parece que nos cuesta pasar tiempo a solas con ese amado cuando antes se detenía el tiempo cuando estábamos con Él, ahora pareciera que una hora es demasiado tiempo por todos los afanes de esta vida, sea trabajo, familia, los quehaceres del hogar e incluso ministerio, pero Él Amado hace un llamado de atención diciendo algo tengo contra ti pues ya no me buscas como antes, deseo que vigiles nuevamente ante mí y conmigo, deseo que te abstengas y ayunes solo por ver las maravillas que puedo hacer tanto en ti como en todo lo que te rodea, deseo que vuelvas a mostrar amor a otros como lo hacías por amor a mí, por encima de buscar vino vuelve a perseguir la llenura del Espíritu Santo lo cual trae transformación, no te canses de alabar mi nombre haciéndolo con entendimiento en espíritu y en verdad sabiendo que en la alabanza hay libertad. Volvamos a obedecer al amado con una obediencia que quebranta fortalezas, que abre camino y trae cumplimiento. He escuchado que para que la llama del amor no se apague ambos debemos mantenernos echando leña al fuego (desde el ángulo positivo) o llenando el tanque cada día, exactamente igual pasa con nuestro Dios Él Amado, la diferencia es que el hace su parte todo el tiempo empezando con darnos la vida y siguiendo con sus detalles cada día en nuestra vida, ¿Qué estamos haciendo nosotros para mantener vivo el primer amor?. Sí se puede mantener el primer amor para siempre, solo seamos sensibles a lo que Dios pone en nuestro corazón para corresponderle. Recordemos que el primer amor es que su amor es más importante que todo lo demás, que todo lo que hacemos se centra en nuestro amor por él y por su causa. Volvamos a darle el primer lugar a ese amor, a ese amado, que vuelva a ser lo más importante, VOLVAMOS AL PRIMER AMOR. Si me amáis, guardad mis mandamientos (recomendable que le des un vistazo a los mandamientos) Juan 14:15. Vale la pena mantener este primer amor para siempre.
Autora: Steisy Prince