Desde pequeños se nos enseñó que en la Biblia encontraríamos respuestas a nuestros problemas y en parte es cierto allí encontramos respuesta a la mayoría de nuestros problemas, pero el fin principal de la Biblia, no es contestarnos las respuestas a nuestras necesidades personales, sino darnos testimonio de Cristo.
“Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;”
Juan 5:39 LBLA
La Biblia me revela a Cristo, la Palabra de Dios no está hecha para suplir mis necesidades sino para mostrarnos en su plenitud a Cristo. Y esto me lleva a pensar en Mateo 6:33, en donde Jesús nos invita a buscar primeramente su reino y lo demás será añadido.
Cuando nos acerquemos a su Palabra, pidamos entendimiento por tener una mayor revelación de Cristo, más que una respuesta a nuestras necesidades, y no es que no podamos tenerla, en la Biblia podremos encontrar respuestas a todas nuestras necesidades, pero si Dios es omnipresente y omnisciente el ya conoce nuestras necesidades. Dice en su palabra:
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19 RVR95
Qué pasa cuando el ya suplió nuestras necesidades, entonces dejamos de leer la Biblia?, entonces ya no es necesario orar, porque ya el suplió mis necesidades?
Cristo hizo algo mayor que suplir mis necesidades, dio su vida en la cruz, con ese sacrificio se venció toda aflicción, se venció la muerte y al pecado que estaba en nuestra vida. Con su muerte y resurrección podemos disfrutar de su reino. Pero hemos estado tan enfocados en nuestras aflicciones, que cuando obtenemos respuesta a estas, dejamos a un lado a Dios y solo nos acordamos de Él cuando tenemos otra aflicción. Esto nos ha convertido en cristianos en tiempos de aflicción pero alejados de Cristo en tiempos de bonanza. Por eso la palabra de Dios dice es casi imposible que un rico entre al reino de los cielos. Porque un rico, en su entendimiento no necesita a Dios porque todo está bien.
Cuando mi necesidad se vuelve más importante que conocerle, es allí donde comienzo a vivir una vida doble, en donde Él se vuelve importante solo cuando las cosas marchan mal. Su sacrificio en la cruz es suficiente, su dolor por mi causa lo hizo todo. Eso debe llevarme a amarlo, a buscarlo y anhelarlo más que a todo.
No esperemos que las cosas marchen mal para buscarlo, buscar primeramente su reino, tiene que ver con anhelarlo a Él por encima de todo, sin importar las circunstancias que vivamos.
Oremos pidiéndole que nos permita apasionarnos por conocerle, por convivir con Él en todo tiempo, no solo en momentos difíciles. Nuestro Padre siempre está pendiente de nosotros y es muy duro para un padre que un hijo solo busque cuando tiene problemas. Como padre me encanta pasar tiempo con mi hijo en toda situación y anhelo estar presente siempre en su vida. De la misma forma Dios anhela que como hijos le busquemos en todo tiempo.
Separa un tiempo para Dios hoy y comparte a solas con tu Padre Celestial.
Autor: Jonathan Zapata