“Una familia es completa, cuando la plenitud de Cristo habita en ella; esa es la mejor plataforma para crecer y ayudar a crecer a otros”
¿Por qué hubo rodillas que me recibieran, y pechos que me amamantaran? Ahora estaría yo descansando en paz; ¿Por qué no me enterraron como a un abortivo, como a esos niños que jamás vieron la luz? Job 3:12-13;16.
El capítulo 3 de Job, es una clara muestra de la frustración a la que podemos llegar al pasar por pruebas. Aquí, Job colapsa luego de haber perdido familia, bienes y salud. Aunque las expresiones de Job son algo dramáticas para mi yo de hoy, debo confesar que mi yo de 8 o 9 años utilizó algunas muy parecidas; no por haber perdido algo sino por no haberlo tenido. Durante mi infancia me hice muchas preguntas, ¿por qué mi familia no está completa ¿por qué nací? ¿por qué no tengo un padre? ¿quién soy? Lloré mucho por la ausencia de un Padre terrenal; Sin embargo, las cuerdas de amor de mi Padre celestial me alcanzaron y hoy no me hago preguntas, sino que agradezco por tener identidad, propósito y una plataforma de crecimiento llamada, familia.
La familia tiene un gran valor en el diseño de Dios para nuestro crecimiento; no depende de que esta esté completa, sino de que sea plena en Cristo; es decir, que haya permitido que Él llene los vacíos terrenales. Una familia que honra y enseña a honrar a Dios, es una familia que se constituye en una plataforma de crecimiento en la que hay corrección, pero también ejemplo en conducta, amor, confianza y fe. La familia es la primera línea de aprendizaje sobre el diseño del cuerpo de Cristo – cada miembro tiene un rol y una responsabilidad que permite que haya crecimiento colectivo; hay espacio para ser corregidos y enseñados; para dar y recibir amor, consejos y dirección. Todo esto con el único propósito de que Cristo, que es el centro, sea glorificado.
Nuestra familia, es la plataforma de Dios para hacernos crecer y para hacer crecer al resto de sus miembros porque donde unos son débiles, otros son más fuertes. Muchas veces nos enfocamos en las muchas distracciones y compromisos, olvidándonos de nuestra responsabilidad como parte de una plataforma de crecimiento en la que muchos participan. ¡Cuántas oportunidades de crecimiento hemos perdido y le hemos robado a otros! Es tiempo de que retomemos nuestro lugar en nuestras familias y de atraer la plenitud de Cristo a ellas, todo vacío es instantáneamente llenado, cuando Él esta
Retomemos nuestra responsabilidad delante de Dios, como parte de las plataformas que conforman Su cuerpo. Te invito a preguntarle al Señor, ¿cuál es tu rol en tu familia? ¿cómo puedes levar Su plenitud en medio de ellos? Prepara tu corazón para atender a Su voz.
Autora: Keila Alabarca